POR: Leandro Guzmán
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El presidente Danilo Medina ha dado muestras de su buena intención para solucionar el problema eléctrico que afecta a los dominicanos, servicio cada día más caro y deficiente, con tremenda carga económica para el Estado, que tiene que subsidiar a quienes no pagan la el consumo.
Hace poco, el gobierno inició en Baní la construcción de una central termoeléctrica que albergará dos plantas a carbón de 385 megavatios brutos cada una, con una inversión de US$1,945 millones, que según la versión oficial permitirá un ahorro mínimo anual de US$500 millones al sistema eléctrico nacional.
Se hizo una masiva propaganda por para tratar de convencer al pueblo de las “bondades” de las plantas que operan con carbón mineral, como si este fuera inocuo, cuando se sabe que el aumento de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) se produce a causa de la producción de la energía eléctrica calor con este combustible, eso se ha demostrado científicamente desde el año 2000.
Según la Agencia Internacional de Energía, el creciente consumo de carbón seguirá siendo dañino para el medio ambiente, aunque traten de decirnos lo contrario. Esa energía fósil es la que más gases de efecto invernadero genera, tal como lo han advertido los científicos.
El carbón que utilizarán las plantas de Baní será importado, pues nosotros no lo producimos. Su costo irá en aumento en la medida que China siga utilizándolo cada vez más, como se prevé.
Pero bien, a lo hecho pecho. Sin embargo, consideramos que el problema eléctrico del país no tendrá solución hasta tanto se haga un estudio serio y real de cuántos kilovatios consume cada familia y quiénes pagan o no la energía. Los consumidores que pagan la luz no deberíamos seguir subsidiando a quienes no la pagan, ni el Estado puede hacer lo propio, destinando recursos millonarios que podrían ser empleados en otras obras a favor del pueblo, la vivienda y la salud, por ejemplo. ¿Por qué los usuarios del servicio telefónico pagan, aún los más pobres? Sencillamente, porque si no lo hacen, la compañía de teléfonos les suspende el servicio.
Un levantamiento del consumo de energía podría hacerse por cuadrantes, es decir, seleccionando un área de diez o veinte cuadras, para poner un ejemplo. Los encargados de esa investigación, apoyados por militares y fiscales para que nadie se oponga, establecerían cuántos aparatos tienen los usuarios y cuál es el consumo de cada uno, promedio, lo que está establecido. Entonces determinar quiénes pagan y quiénes se roban la luz. Solamente así se sabrá si la capacidad instalada es capaz de soportar la demanda, y cuánto deberá pagar cada quien.

