Todos los días sin importar que haya mercado o no, en el punto fronterizo de Dajabón el contrabando y el comercio informal marcan la cotidianidad de civiles y militares que se inicia al abrir el paso sobre el puente del río Masacre y termina con la puesta del sol, pasadas las 6:00 de la tarde. En ese lapso se puede comprar o vender lo que sea, con complicidades entre ambos lados.