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Elizabeth Matos: Un amor de madre que va más allá de lo que se puede ver

Elizabeth Matos: Un amor de madre que va más allá de lo que se puede ver

La mayoría de los seres humanos necesitan de los 5 sentidos para sentirse completos. Existen personas sin audición quienes consideran que escuchar es su mayor sueño y otros sin olfato que serían felices con poder oler. Sin embargo, a pesar de ser no vidente, Elizabeth Matos solo tuvo un deseo desde muy joven; poder convertirse en madre.

A los 2 años de edad perdió su vista por completo, producto de glaucoma, enfermedad con la que nació.

Relata que desde adolescente había deseado ser madre, ilusión que aumentó con el paso de los años sin importar su condición, “yo solo le pedía a Dios que me bendijera con esa dicha”.

Elizabeth Matos: Un amor de madre que va más allá de lo que se puede ver
Gabriel Alexander

La fe de esta mujer de 49 años dio fruto en 2002, cuando junto a su esposo, que al igual que ella carece de visión, tuvieron a su primer y único hijo, quien heredó la enfermedad.

El pequeño Gabriel Alexander sufrió dengue con tan solo 4 meses. Al ser ingresado en una clínica se le realizaron estudios de genes, a través de los cuales se descubrió que había heredado el glaucoma por parte de su padre.

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Elizabeth afirma que a pesar de que fueron tiempos difíciles, él creció siendo un niño muy feliz. “Como cualquier bebé vivía haciendo travesuras y como yo no lo podía ver tenía que ir detrás de él para saber a qué le ponía la mano. Todo eso yo me lo disfrutaba, para mí era un privilegio”, recordó con una sonrisa en sus labios.

“El amor y la voluntad en ese momento fueron la columna vertebral de nuestra familia y lo siguen siendo. Yo como madre considero que no tengo limitaciones por mi condición, ya que la responsabilidad, el amor por sobre todas las cosas, el cuidado, la preocupación y la protección que se debe tener con los hijos siempre los he tenido presentes”, expresó.

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Los años pasaron y Gabriel fue creciendo con muchas aficiones, entre ellas los deportes, la tecnología y la música. A sus 20 años es atleta de alto rendimiento y practica artes marciales (judo), teniendo entre sus grandes sueños poder convertirse en abogado.

Por su parte, Matos posee una vida bastante activa. Ya con su ilusión de ser madre cumplida, se ha dedicado a su crecimiento personal. Labora en el Senado de la República como operadora telefónica, pero además es participante en la selección de bolos de la Lotería Nacional. Del mismo modo, forma parte del proyecto “Teatro Orquestal Dominicano” del Ministerio de Cultura en la disciplina de canto para seguir cultivando su amor a la música.

“Si Dios permitió que nosotros creciéramos así por algo fue, y para que hoy estuviéramos haciendo lo mal hecho teniendo visión, es mejor no tenerla”, aseveró.

Elizabeth y su familia forman parte de esas 769 mil personas que padecen discapacidad visual en el país, según datos ofrecidos en 2018 por El Patronato Nacional de Ciegos.

Nuevas generaciones

La “situación de rebeldía” de los jóvenes de hoy en día es uno de los temas que siempre llega a la mente de esta madre preocupada, quien afirma sentirse dolida y en incertidumbre ante los casos que se presentan a diario.

“Yo soy madre y lo que les sucede a estos jóvenes también le puede pasar a mi hijo o a algún sobrino, entonces es difícil ver ciertas cosas y no poder hacer mucho”, manifestó.

Elizabeth dice aportar su granito de arena orientando a su hijo y dándole consejos sobre lo que está bien, lo que está mal y los caminos que debe tomar en la vida. “A veces es difícil hacerlo entrar en razón, pero al final me escucha y se termina dando cuenta de que las cosas que le digo son por su bien”.

Mensaje a las madres

“El amor y la sabiduría es lo primero que debe reinar en nosotras y la relación con nuestros hijos. Se debe evitar ser permisivos porque esto solo trae rebeldía. Solo debemos encomendarle nuestros tesoros a Dios y siempre pensar positivo porque lo que deseamos se cumple”.