¿Qué Pasa?

“Me tocó elegir entre comprarme un libro o comprárselo a mis hijos”

“Me tocó elegir entre comprarme un libro o comprárselo a mis hijos”

Kenia María Paredes junto a Karelin de la Rosa, Smerlin Tiburcio y Kendy de la Rosa, tres de sus hijos.

La vida de Kenia María Paredes dio un giro inesperado cuando su pareja, y padre de sus hijos, murió en un trágico accidente de motocicleta en Puerto Plata en el año 2004.

Desde ese momento su vida cambió radicalmente, porque además de perder a su esposo, tres meses antes la habían removido de su trabajo en la Secretaría de Agricultura.

“Fue un golpe muy fuerte para mí. Cuando recibí la noticia intenté suicidarme, porque me quedé sola con tres hijos en edades de 9 y 4 años y la menor apenas tenía tres meses. No solo perdí a mi pareja, sino que perdí a un amigo, al sustento de mi familia, pero lo más importante, al padre de mis hijos”, dice al revivir ese triste momento.

Relata que al principio contó con la ayuda de su familia y la de su esposo, pero que poco a poco la fue perdiendo.

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“Imagínate, todo el mundo tiene sus obligaciones”, y ahí fue cuando decidió seguir luchando por sus hijos.

“Busqué otro trabajo y me dividía entre la casa, el trabajo y la universidad. Poco a poco mis prioridades fueron cambiando y tuve que elegir entre comprar un libro para mí o uno para mis hijos y ahí dejé mi carrera de ingeniería civil. Ya iba por el cuarto cuatrimestre en la Universidad O&M”, señala.

Agrega que aunque más adelante logró retomar sus estudios, el dilema se repetía, porque eran muchos gastos y no podía costearlos ella sola.

Cuatro años más tarde tuvo una nueva pareja con la que procreó a su cuarto hijo, pero la relación no funcionó y volvió a quedarse sola, esta vez más fuerte y decidida a luchar por sus cuatro hijos.

Kenia ha trabajado desde entonces en diversas empresas, incluyendo una de las naves de la Zona Franca de San Isidro.
Hace dos años llegó a los pies de Jesús, además del llamado de su corazón. lo hizo porque entendía que estar en la iglesia le proporcionaba más protección para su familia.

“Sentí el llamado, pero también lo hice porque los tiempos están muy difíciles y ser madre soltera y tener hijos buenos es un reto en estos tiempos donde la delincuencia está ganando la batalla. Pensé que a través de mi ejemplo de ser cristiana, mis hijos podrían también estar en los brazos del Señor”, señala.

Esta mujer, que actualmente trabaja en una tienda de ropas para caballeros, enfatiza que ha trabajado mucho por sus hijos, tratando de ser un ejemplo para ellos y “creo que el trabajo ha logrado sus frutos”.

La mayor de sus vastagos ya tiene 27 años y tres hijos. Es auxiliar de enfermería y la ayuda con los gastos de las casa; el segundo de sus hijos es amante de los videos juegos y a través de esto se gana la vida y la puede ayudar.

La tercera estudia computadora en el Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA), además ha realizado cursos de cocina y actualmente se prepara para ser barthender. El más pequeño está en el 4to de la secundaria y con muy buenas calificaciones.

“No me toca a mí decirlo, pero creo que he sido una buena madre y lo único que cambiaría sería el hecho de que no soy muy afectiva, no demuestro mucho el cariño con besos y abrazos, pero si Dios me da la oportunidad de volver a elegir a mis hijos, serían ellos mismos, sin lugar a dudas” concluye.

Su familia

Para Kenia María Paredes el amor y apoyo de sus padres y sus hermanos ha sido muy importante, porque siempre le tienden la mano cuando los necesita.