Editorial

Emergencia

Emergencia

Sin cuantificar aún  los daños causados  por el paso de la tormenta Isaac  a la agricultura, electricidad, viviendas, infraestructura vial, turismo, transporte y comercio, ese percance climatológico atasca o complica el conjunto de iniciativas  con las que el nuevo Gobierno pretende afrontar problemas mayores  que  quedarán ahora rezagadas para dar paso a un rápido abordaje  al cuadro de  relativa calamidad.

El escenario que deja esa tormenta  se matiza  con el desplazamiento de más de siete mil personas en condiciones de  damnificados, comunidades incomunicadas por  inundaciones y crecidas de ríos que también anegaron predios agrícolas y daños considerables a estructuras de puentes, carreteras y caminos vecinales.

El Centro de Operaciones de Emergencia activó a tiempo  todos los dispositivos de prevención y socorro, pero  es obvio que  poco se puede hacer  ante el drama de  miles de familias asentadas sobre orillas de  ríos que se tornan caudalosos con las intensas lluvias, o sobre laderas de estribaciones con  altos riesgos de deslizamientos.

Son los casos de  conglomerados humanos que  se han formado en  terrenos cedidos por los ríos Ozama, Isabela, Yaque del Norte, Nigua, Yuna y otros que,   azuzados por  las intensas lluvias sobre zonas montañosas, sus embravecidos caudales recuperan predios y arrasan con todo lo que encuentran a su paso.

Las comisiones  gubernamentales que apuraban trabajos sobre  reforma fiscal y activación de la economía, tendrán que recesar para ocuparse  de  la asistencia de miles de damnificados, reparar viviendas, puentes y carreteras inhabilitadas por la tormenta, asistir a  agricultores cuyos cultivos fueron  dañados por  agua y vientos y  distribuir alimentos, frazadas y medicinas.

El ministerio de Salud Publica tiene el particular compromiso de  aplicar un vasto programa de prevención  de brotes de cólera,  dengue, leptospirosis y otras enfermedades  que adquieren categoría de epidemia tras  el paso de una tormenta o ciclón, lo que requiere  también activar  en esa dirección a todas las instituciones  vinculadas con la salubridad, incluida las que tienen que ver con calidad y suministro de agua.

Se señala que  decenas de miles de  hogares  quedaron  sin energía  eléctrica o reciben el servicio con extrema precariedad a causa del derrumbe de torres y redes  por los fuertes vientos  e intensas lluvias, que según Meteorología persistirán  todavía hoy sobre gran parte del territorio nacional, lo que agrava  ese deprimido sector pendiente  de un abordaje del Gobierno por intermedio de un previsto pacto social.

El saldo de  destrozos causado por el paso de la tormenta Isaac se convierte en un circunstancial reto a la  eficiencia que el naciente gobierno esta compelido a demostrar con su  abordaje rápido y efectivo  sobre cada uno de los problemas identificados, especialmente  aquellos  que impactan directamente sobre la gran masa de dominicanos que malviven del otro lado de la verja de la miseria.

El Nacional

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