El representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha afirmado que el nivel de la deuda de República Dominicana es sostenible por lo menos hasta 2016, al situarse en un 30 por ciento con relación al Producto Interno Bruto (PIB), nivel muy por debajo de otras economías similares.
Aunque se trata de una noticia alentadora, conviene manejar tan importante variable de la economía nacional con puntual moderación, toda vez que el BID ha dicho que la sostenibilidad del endeudamiento sería siempre en condiciones más o menos difíciles, lo que obliga al próximo gobierno a establecer un permanente monitoreo en torno a su comportamiento.
Al cierre de febrero de este año, el saldo de la deuda total del sector público no financiero fue de 17 mil millones de dólares, equivalente a 30.1 del PIB, lo que el BID considera moderado, si se toma en cuenta que está por debajo de un 40 por ciento, a partir del cual se considera elevado.
Ese saldo de la deuda total está compuesto por un 70.7% de deuda externa, la cual representó, unos 12 mil millones de dólares, mientras que la deuda interna calculada en pesos ascendió a RD$194,094.6 millones, equivalentes a cuatro mil 982.2 millones de dólares.
Es conveniente subrayar que el nivel de la deuda pública (interna y externa) se mide con relación al PIB o a la riqueza acumulada por toda la economía en un año base, por lo que el monto absoluto por sí solo no sirve para medir si una economía ha alcanzado o no el tope de su capacidad de endeudamiento.
Para que se tenga una idea de lo que significa excesivo endeudamiento con relación al PIB, se resalta que la deuda de Grecia alcanza 180% del PIB; Japón, 160%; Estados Unidos, 100%; España, 70%; Alemania y Francia 80%.
Con afirmar que la deuda dominicana todavía es sostenible en condiciones más o menos difíciles, no significa que el Gobierno pueda tener patente de corso para un endeudamiento excesivo. A lo que se aspira es a que todo tipo de financiamiento se dirija siempre a sectores de la economía que generen empleo, transferencia tecnológica y capacidad de pago.
Falta saber si el endeudamiento dominicano se corresponde con los niveles de crecimiento de su economía y si el servicio de la deuda no afecta la meta de déficit fiscal cero en 2013 o si el gasto público posee la calidad necesaria como para ayudar a consolidar redistribución del ingreso y alcanzar algún día el anhelado estadio de equidad social.

