Resulta curioso ver como las circunstancias modifican las relaciones entre los Estados. Esto así, porque el cambio de actitud que se observa en EUA, hacia Venezuela, movidos por el interés de que esta le sirva el volumen de petróleo que ellos le compran a Rusia, es asombroso.
Sun Tzu, destacado estratega militar chino, en su obra” El arte de la guerra”, plantea cómo y cuándo aplicar la estrategia y las tácticas militares. Hoy día, ese mandato trasciende el ámbito militar y abarca el económico y comercial.
La pretensión de EUA es una táctica que de materializarse tendría efectos múltiples: en primer lugar, y como objetivo principal, resquebrajar las relaciones ruso-venezolana, además, erosionar la economía rusa, y en adición, abaratar el costo del producto.
Según hemos leído y escuchado a través de los medios, una Comisión designada por el presidente Biden, visitó al presidente de Venezuela Nicolás Maduro, con la finalidad de negociar sobre el tema antes mencionado.
Eso prueba que las enemistades políticas son relativas y dependen en gran medida de los intereses que estén en juego. Hay un dicho que reza: los gobiernos no tienen enemigos, tienen intereses.
Al margen de las consideraciones arriba expresadas, lo deseable es que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania pueda dirimirse por la vía diplomática, a fin de que el drama humano que están padeciendo esos pueblos hermanos, cese de manera definitiva.
El riesgo de una conflagración militar de alcance mundial está presente. Oremos porque se produzca el entendimiento cuanto antes.