Locuras en plena pandemia

Todavía no me lo creo aunque ya tenemos varios meses. Estamos autorizados a mostrar nuestra sonrisa. A veces se me olvida y me pongo a buscar mascarilla en la cartera como loca. Moviéndome por el mundo veo que muy pocos la usan. Yo no estoy entre esos pocos. Mi cara al aire a la buena de Dios, a pesar de que el Covid sigue presente, que aparece el mono y otras hiervas.

Que el señor nos proteja. Con positivismo me encomiendo a él cada día. Con eso de la mascarilla decidí ser como Vicente: “Que va donde va la gente”. De las pocas veces que sigo a la multitud. La cara al aire me sabe a gloria y esto, no es una invitación.

En el año y medio de caras medio tapadas fui cuidadosa cuando tenía cercanía con los más viejos o vulnerables. Igual cometí desobediencia, recibí regaños, cometí pequeños engaños con mascarillas mal puestas…Quien no lo hizo? Dios tuvo compasión de mi y de muchos. Estamos vivos con todo y los atrevimientos y aventuras en que nos embarcamos en plena pandemia.

Ahora me atrevo a contarlo. Nos fuimos de crucero por las islas Galápagos a finales del 2020 y ese mismo año caminamos por París, nos bañamos en las aguas de las islas griegas, entre otras cositas. Gracias señor, gracias. Miro hacia atrás y me digo: estábamos locos? Todo el mundo trancado y asustado y nosotros disfrutando de las maravillas del creador. Fuiste misericordioso señor. Vivos para contarlo. No invito a nadie a que sea tan atrevido pero igual, no me arrepiento. Hicimos par de viajecitos en medio de meses de nuestro estricto encierro en Bolivia. Sin dudas que en mi caso, el encierro absoluto sí hubiese causado seguros y visibles estragos. Cada loco con su tema.

Por: Mary Leisy Hernandez marilei@hotmail.com