La economía dominicana parece haber dado una espectacular voltereta hacia un escenario de mayor crecimiento, a juzgar por el informe del Banco Central que resalta que las actividades económicas crecieron un 13.3% durante el primer semestre de 2021 en comparación con igual periodo del año pasado.
El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) experimentó en junio un incremento de un 12.7% con relación a junio de 2020, y de 4.7% con respecto a 2019, por lo que el gobernador, Héctor Valdez Albizu, considera que el país terminará el año con un crecimiento económico superior a los dos dígitos.
La construcción se ha convertido en el dinamo principal de la economía al aportar al Producto Interno Bruto (PIB) un 42.2%, seguido de las zonas francas (31.7), manufactura local (14.3%), transporte y almacenamiento (13.7%), minería (11.4%) y comercio (10.7%)
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El entusiasmo de Valdez Albizu respecto al gran salto que daría la economía en 2021 parece sustentado en la aceleración del proceso de recuperación de la demanda agregada, y en el buen desempeño de sectores como bares, hoteles y restaurantes (2.9%), energía y agua (3.9%), actividades inmobiliarias (2.2%) y agropecuaria (2.4%).
Remesas (US$5,263.1), turismo (US$2,145.8), inversión extranjera directa (US$1,617.5) y exportaciones (US$5,993.4) constituyen los principales generadores de divisas con un aporte global en el primer semestre de este año de US$15,019.8 millones.
Cuando se trata de informes oficiales sobre desempeño general de la economía, los cuales se basan en métricas aprobadas y sugeridas por organismos multilaterales, el optimismo será siempre una herramienta más provechosa que el pesimismo, especialmente cuando se pronostican niveles de crecimiento del PIB.
La economía dominicana tiene de bueno su capacidad y diversidad para generar e ingresar divisas, lo que permite al Banco Central exhibir una acumulación de reservas internacionales de US$12,611.6 millones, equivalente a 7.2 meses de importaciones y a más de un 14% del PIB. Pendiente todavía: el endeudamiento, (69% del PIB) y la inflación acumulada (9.32%).
Gobierno y sectores productivos están compelidos a contagiarse del entusiasmo que muestra el gobernador del Banco Central sobre el desempeño, recuperación y perspectiva de los indicadores macroeconómicos, porque ha ofrecido buenas noticias que se reciben con júbilo.
