SANTIAGO. Antes era una casa residencial donde no todos podían entrar, pero ahora es el alojamiento de treinta niños, algunos huérfanos y otros, con padres vivos, pero carentes de condiciones para protegerlos como se debe.
Se trata de la residencia que pertenecía al bachatero conocido popularmente como Joselito.Com, y que ahora es el albergue de treinta niños que encontraron un hogar en la Fundación Inmaculada Concepción, ubicada en la avenida Yapur Dumit de esta ciudad.
Esta institución no gubernamental y sin fines de lucro, fue creada en el año 2001, en primera instancia en la comunidad del Licey, como un sueño de dos personas que al ver la situación de algunos de los niños del país decidieron contribuir a su bienestar social. Una de estas, Mirtha Rodríguez, quien es la actual Presidenta de la fundación.
Con escasos recursos económicos, sin ayuda de ninguna institución gubernamental y sin recibir ningún tipo de donación fija, han sobrevivido con esta fundación, que por la labor humanitaria que realiza a favor de los más pequeños de la sociedad, debería contar con el respaldo de distintos grupos sociales del país, según opinaron los que laboran en este centro.
Sin embargo, la realidad es otra. Por la fe hemos sobrevivido, Dios ha visto nuestro esfuerzo y no nos ha dejado desamparados dijo la presidenta de la casa- hogar.
Cuando llegas a este lugar, la apariencia lujosa de la casa te pone a pensar aquí no se necesita nada, quizás sea el primer juicio que se emita, pero al adentrarte en esta casa, te das cuenta de la falta de recursos de los que carece.
Son treinta los niños a quienes diariamente se les debe proporcionar una alimentación de calidad, además de brindarles una formación académica, en este sentido Rodríguez informó que los treinta niños asisten a la escuela y que desde la fundación son formados en valores cristianos.
Para formalos se necesita dinero le pagamos el colegio, compramos sus útiles escolares y otros gastos que se suman expresó Rodríguez.
Y de esto (dinero) es precisamente de lo que carece esta casa-hogar que ha sobrevivido como un milagro de Dios, sostuvo la señora Rodríguez.
Pese a las dificultades que han tenido que enfrentar para ayudar a estos niños, la presidenta de la fundación expresó sentirse satisfecha con el trabajo que han hecho.
Dijo que su mayor remuneración es verlos formarse con valores y saber que podrán aportar de manera positiva a la sociedad en que viven.
Asimismo expresó que en estos treinta niños ve a los hijos que nunca pudo tener, por lo que manifestó que su sueño de ser madre también lo cumplió a través de la fundación que definió como una fuente de bendición.
La institución
inició en Licey, pero en el año 2002 la Presidenta acudió al Palacio Presidencial y le solicitó al Presidente que para ese entonces era Hipólito Mejía, una ayuda para la consecución de un local. Éste le dio la opción de elegir una de las casas que había adquirido el gobierno en esa ciudad. Así, eligieron la casa que pertenecía al bachatero Joselito.com
La frase
Para formarlos, necesitamos dinero para comprar útiles
Mirtha Rodríguez
Presidenta de la Fundación