Zumbado viene el 2026, y cada 31 de diciembre, a pocas horas de que se vaya el año viejo, hacemos las mismas promesas, que al final no cumplimos, pues solo son hechas por el calor del momento.
Se postergan metas que se unen a una lista de espera, que se encuentra llena de polvo y tela de araña, por el pasar de los años. Propósitos que no se cumplieron, proyectos que se pausaron o que simplemente que por una u otra razón se decidieron aplazar, en medio de los quehaceres del día a día. Estas son las cosas que dejamos para “el año que viene” otra vez, y que este podría ser el año de dar ese paso.
La dieta desde enero: Este es un clásico, siempre está de número uno en la lista de propósitos de año nuevo. No es necesario ponerse objetivos difíciles. A todos nos encantan las papas fritas, las hamburguesas, eso está claro, pero no quieres empezar al instante con una dieta rigurosa, un plan b sería comer más saludable, menos grasa, y convertir esos platillos grasosos que te encantan por algo parecido pero con otros ingredientes los cuales también pueden tener un rico sabor.
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Ejercicios: Los ejercicios siempre están en el segundo puesto. Durante varias semanas antes de finalizar el año guardamos rutinas que vemos en las redes sociales y compramos ropa de gimnasio, pero todo se queda ahí, pues entre cenas y el trote del fin de año terminamos agotados, quedando en la lista de las cosas que dejamos para un día de estos, y ese día nunca llega.
Aprender algo nuevo: La intención de aprender un idioma nuevo o alguna habilidad artística siempre está, pero el miedo de cambiar de rutina arruina todo.
Ahorrar: Es un gran plan, pues representa organización y estabilidad, pero aunque no es imposible, para muchos es complicado, por la cantidad de cuentas por pagar, por lo que siempre se tiende a postergarse. Pero es bueno recordar que aunque sobre poco es bueno ir guardando “Pan para mayo” pues “grano a grano se va llenando la gallina el buche” como dicen por ahí.
Reparar algo que “todavía aguanta”: Un gabinete con la puerta casi en el piso, una llave que gotea, un electrodoméstico que funciona a veces, y como aún resiste, postergamos su reparación o su cambio, hasta que deja de aguantar.
Reunirnos con las amistades: Es una promesa que queda pendiente, a través del mensaje “Tenemos que vernos”. Aunque sabemos que es vital para nuestro bienestar emocional y pasar un momento agradable sin pensar en los problemas que nos agobian, lo dejamos para después, confiando que nuestra agenda tendrá más tiempo libre.

