Opinión

ESTO PIENSO, ESTO CREO

ESTO PIENSO, ESTO CREO

Mezquinos no. Sin discusión alguna, pendejos desde siempre

 

Quedo extrañado y a la vez me asombran tantas cosas nuevas de nuestros “héroes” representantes, -aunque solo un poco menos de la producida por los leguleyos-, que no sé siquiera si estoy despierto o es una desagradable pesadilla. A veces creo haber perdido toda capacidad de asombro. En otras tantas ocasiones, creo ver refugio en alguna canción, como esa que dice, “resistiendo esa extraña sensación que me hiela la piel, como invierno fuera de estación…” pero, solo es un momento fugaz, la realidad vuelve a golpearme y de qué manera.

En otros momentos, me parece que el “esnifar” ciertas sustancias es lo que provoca este comportamiento y este decir de algunos “representantes”. La desfachatez la expulsan como látigo de fuego por la boca, y cuando es por las manos, de una manera asquerosamente purulenta y hasta en “cajitas”. Todo lo circunscriben a una falsa e indecorosa imagen. Son especialistas para desviar la atención y crear una percepción muy contraria a la vergonzosa realidadhecha por ellos mismos. De ahí parte el dar y dar, donar y regalar todo lo que no es de ellos. Hacerse los buenos, los benefactores salvadores. Dar lo que es del mismo pueblo miserioso y pendejo quien desconoce, que en ese recibir, se hunde cada día más en la miseria pero, en aquella que avergüenza.

Ahora, la última es la más desfachatada; esta es fabricación de última camada; la nueva es que todo aquel que no esté de acuerdo con las indelicadezas, privilegios, aptitudes prepotentes, altaneras y abusivas de nuestros “representantes”, no es más que un mezquino. Carajo, pero hay que tener cara dura para decir esto, hay que ser “pechu” o quizás decir; ¡diablos qué descarados son!

Hay veces, que al escuchar esas sandeces de estos impúdicos, que han hecho de la política su profesión, nos parece estar respirando dentro del aire fétido de un cadáver. Así se siente vivir en este ambiente de engaños, burdas mentiras y abusivas situaciones, creadas a la medida de esta peste de políticos, donde todo lo contagia, lo hace promiscuo y lo “cualqueriza”.

Pero, qué más podemos decir de esta situación, que al parecer ya escapa del control de ellos mismos, de aquellos serios y bien intencionados, como quien nos gobierna en estos momentos, pese a todos los grilletes que tratan de maniatarlo. Quizás, solo quizás adicional lo dicho por John Adams, -ya que estamos ahítos de leguleyos aprovechados- y parodiándolo decir que: “ en mis muchos años de vida he llegado a la conclusión de que un hombre inútil-en este caso político- es una calamidad, dos son un bufete de abogados y tres o más, son un gobierno”.

Y, aunque sea traído por los cabellos y aun este escrito se convierta en un arroz con leche, por igual, debemos hacer referencia a lo dicho por Ronald Reagan, más en estos momentos, cuando un grupo de “salvadores” políticos ha olvidado, si es que en algún momento pensaron poner en práctica, las prédicas de su mentor, creador y guía, cuando dijo que “los pueblos dignos, como los hombres con estatura moral, buscan dar, no recibir”. Pero, estos personeros se acercan más a lo dicho por el expresidente norteamericano: “Se comportan como el órgano digestivo de un bebé; mucho apetito en un extremo y ninguna responsabilidad en el otro”. En este caso, el otro, lo es el pueblo.

Pero, por más pesimistas que nos comportemos y por más desesperanza que nos ataque, debemos creer que en realidad y como un hecho natural y cíclico, dentro del devenir de la vida y las propias naciones, el tiempo de honrarse y endiosarse ellos mismos, concluirá. Y, si este pueblo pendejo se olvidara por un tiempo, aun sea breve, de los supuestos beneficios que deja el desgraciado, burlón y denigrante clientelismo, más rápido aún se produciría ese justiciero e inevitable tiempo.

Y, para quedar claro, aun prosigan estos desmemoriados, carentes de ideología, pobres de naturaleza en cuanto a virtudes éticas y morales, y que además algunos aspiran de soslayo hasta anular la libertad intelectual de todo aquel que no sea de su lacayo redondel, pueden estar seguros que aun este pueblo tiene pasión por la dignidad y no hay que dudar de una súbita voluntad le ponga fin a este desmadre de política fantasiosa, abusiva, prepotente y corrupta. ¡Si señor!

Twitter:rafaelpiloto01

 

El Nacional

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