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ESTO PIENSO, ESTO CREO: Las palabras de los políticos, se desmoronan como castillos de arena

ESTO PIENSO, ESTO CREO: Las palabras de los políticos, se desmoronan como castillos de arena

El solo pensar que la insensibilidad se está apoderando de nosotros, es algo monstruoso, ya que dé así ser, nos estaríamos convirtiendo poco a poco, en simples animales irracionales, sin sentimientos o reacción ante las avalanchas de indelicadezas que día a día nos inundan por parte del accionar político, de los llamados a ser el ejemplo de quienes son gobernados o sometidos por una cada vez más gran masa de enganchados a políticos, ya sea por su ascendencia política o su innegable comportamiento barrial, propio de los guetos, donde muchos quieren hasta negar la existencia de los mismos.

La incredibilidad se ha vuelto nuestra inseparable compañera y cada palabra que sale de sus bocas, nos hacer creer que estamos escuchando el sonido de una corneta, entonando un “Toque del Silencio” o la pesadumbre de la cadencia de un tambor fúnebre que anuncia la incertidumbre de nuestro futuro como Nación, donde los políticos, al igual que el agua se adapta a la forma del recipiente, estos hacen lo mismo con las diferentes situaciones y amenazas que como habitualmente, son generadas por sus propias acciones.

Porque, aquellas palabras de por y para el pueblo, el viento y la corrupción las sepultaron, razón por la cual, no son ellos los que deben sentir vergüenza ya que para eso deberían tener las luces. Mas bien, somos nosotros, que deberíamos de sentirla por tener como dirigentes a esta claque que, en su mayoría, por sus acciones, no han y son merecedores de ocupar ningún cargo dentro del Estado.

Y es que su sinuosa personalidad les hace creer donde quiera que vayan, deben ser recibidos bajo un torrente de luz psicodélicas y hasta las sirenas de los bomberos cuando visitan sus pueblos y barrios, -en San Juan de la Maguana, por ejemplo-, como si fuesen asistir a una bacanal bajo un ritmo desenfrenado de altavoces, manejados por el más desinhibido de los “tigueres” del barrio y es este, no otro, con el palmarés que se presentan para obtener el voto que los haga ser “honorables” y Funcionarios. J..er.

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Así estamos y continuaremos hasta que aparezca un “hasta aquí”, todo esto, sin contradecir los dictámenes de las leyes, aun y estén los compañeritos jueces con obligaciones y deudas políticas, porque llegado ese momento, sus apuros serán de órdago.

Se desperdician cientos de miles de pesos en los partidos, en bocinas y propagandas sin sentido, mientras las muertes infantiles compiten con las que ocurren en cualquier bustees en África o Calcuta.

Pero, es innegable que este pueblo ha madurado, aunque no aprendido aun y esto parezca algo incongruente, porque aquellas explosiones de furor céltico, principalmente de la izquierda y los estudiantes, ha desaparecido y quizás por eso, el engreimiento de este enjambre de políticos, que ha podido conducir de la manera que les viene en ganas porque al parecer, son dueños del campo de juego, los guantes, las pelotas, gran parte de los jugadores e inclusive, a tener su propia justicia.

Es, dentro de este contexto, que nos encontramos -al decir del pueblo- con unos salta pa´tras que, de la noche a la mañana, han pasado de ser rústicos pueblerinos a ser o pertenecer a la crema y nata de nuestra sociedad, compitiendo hasta con las familias bien llamadas “dueñas del País” en cuanto a dinero se refiere, aunque muy a su pesar, son los mismos que van despidiendo sus antiguos efluvios de mercado de pueblo y que hoy, al considerarse haber salido de los predios de las Damas de Hierro, se envalentonan y amenazan, al considerar que ya llegaron al paraíso prometido o comprometido de su “Justicia”. ¡Así, no más! ¡Sí señor!

Por: Rafael R. Ramírez Ferreira

El Nacional

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