La impaciencia del existir
Somos nuestra prisa. Donde fluyen las gentes, nuestro prójimo cuando cree en lo que nosotros creemos, que siempre lo hacen como un río crecido.
Somos nuestra prisa. Donde fluyen las gentes, nuestro prójimo cuando cree en lo que nosotros creemos, que siempre lo hacen como un río crecido.