Manaea, con el corazón apesadumbrado, lanza magistral
Los 44.093 fanáticos que se encontraban en el Citi Field no podían saber, cuando se pusieron de pie al unísono en la octava entrada el martes, sobre el dolor de Sean Manaea. Incluso cuando Manaea los saludó con un gesto de su mano izquierda y un beso al cielo, no podían entenderlo.
Sólo Manaea sabía que acababa de realizar el partido de su vida en un momento de duelo.