Makikí
Estoy convencido de que la felicidad, al menos para los pobres, no es un estado. Estamos sentenciados ser feliz, en algunos episodios de nuestra existencia. Esto es, a retazos o a cuenta gotas. Esta realidad se hace más patética si pertenecemos a un país como el nuestro. Por lo no institucional en la cosa pública, […]