Opinión Articulistas

Eventos del 30 de Marzo

Eventos del 30 de Marzo

Manuel Fermín

Los integrantes de una nación saben que no puede haber un Estado sin fuerzas armadas ni policía. Por eso se creó el Ejército para defender la patria y enfrentar tantos avatares para consolidar su independencia. Sin embargo, no vale solo otorgarle a ese Estado el monopolio de la fuerza para el dominio de su territorio, sino el adoctrinamiento de sus ciudadanos para comprometerlos con un genuino nacionalismo moral.

Hemos tenido caídas a lo largo de 181 años, pero los dominicanos recibimos el mensaje de mantenernos alertas ante cualquier intento contra la soberanía territorial.

Los eventos en Friusa, me autorizan a afirmar que en ningún otro lugar de la República debemos permitir que se debilite la dominicanidad si propiciamos una firme integración social de sus ciudadanos. Hoy que la opinión pública aparece contaminada por voces y plumas comprometidas con la traición, se necesita de más firmeza de nuestras autoridades que lucen sin garras y con total ineficacia y hasta complaciente con poderes extranjeros, cuando es función esencial del Estado velar por la seguridad de la soberanía y la identidad de la nación.

Sin embargo, hay una realidad desbocada que se apreció el pasado 30 de marzo, cuando 2,500 policías y militares fueron a proteger un asentamiento de ilegales e indocumentados, agresivos y salvajes, y al mismo tiempo gaseando a dominicanos pacíficos, mientras el Ejército marchaba recordando las hazañas militares contra la nación de los ilegales que hoy usurpan el territorio.

Nos sentimos enojados con el Gobierno que sí debe usar ese contingente policíaco-militar para respaldar a Migración, pero prefiere incluso sacrificar su propia palabra y no disimular sus complicidades, donde ya no impera la incertidumbre sino la absoluta certeza del caos.

Para dejar abierto un debate interesante, fecundo y necesario sobre nuestra seguridad territorial, proponemos que en Friusa se instale una fortaleza del Ejército con una adecuada dotación de soldados, donde se despliegue la bandera nacional para que se despeje cualquier sombra de duda del carácter nacional y de nuestra soberanía.