Editorial

Exageración

Exageración

Un mentado Instituto  Internacional de la Prensa (IPI)   expresó preocupación  en Viena, Austria, por lo que define  como aumento  del acoso a periodistas que investigan casos de corrupción en República Dominicana, lo que  no se corresponde con la verdad o al menos  constituye una exageración.

Sin negar que el Ministerio Público ha incurrido en excesos al  requisar residencias y oficinas  de periodistas y medios de comunicación electrónicos, no  resulta válido  afirmar que  se ha incrementado el acoso contra la prensa, ni aun contra comunicadores que investigan expedientes de presunta prevaricación.

La  comunicadora Nuria Piera, quien ha divulgado en su programa de televisión impactantes  reportajes  que involucrarían a legisladores y funcionarios en casos de corrupción, aclaró que no ha recibido  amenazas contra su integridad física y dijo que  viajó al extranjero  por motivos familiares. El señor Anthony Mills, subdirector  del IPI,  refiere  el caso de la Primera Dama, Margarita Cedeño, como uno de los nombres envueltos  en las investigaciones periodísticas, sin tomar en cuenta que  ella recurrió a los tribunales al considerarse difamada, un caso que  corresponde a la justicia dilucidar.

Ese instituto de la prensa  exagera  al señalar que  la turbulenta campaña electoral ha degradado  el nivel de libertad de prensa,  especialmente  hacia periodistas que investigan crímenes de cohecho, pues  aquí  todos los días  se  denuncian o  se desmienten  imputaciones de  corrupción  en uno u otro litorales políticos, sin que la sangre llegue al río.

La del periodista es profesión riesgosa, más aún de aquellos comunicadores  que realizan trabajo de investigación relacionado con  corrupción, narcotráfico u otros temas  vinculados con infracciones criminales, por lo que siempre es  oportuno y saludable  que organizaciones  vinculadas  con la comunicación social formulen llamados de alerta  en torno a posible degradación de la libertad de prensa.

Es de justicia señalar que  en República Dominicana no se ha degradado el nivel de libertad de prensa,   aunque algunas  esferas oficiales, partidarias o corporativas muestran inclinación  hacia la intimidación velada o expresa contra  periodistas y medios de comunicación. Con estricto apego a la  Constitución, ley penal y  legislación de prensa, medios y periodistas  tienen el compromiso de defender la libertad de expresión y  el derecho  sustantivo de los ciudadanos a opinar libremente, sin olvidar la máxima jurídica de que  quien cause un daño  está obligado a repararlo.

El Nacional

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