Tras ganar las elecciones los procesos judiciales contra el magnate Donald Trump han entrado en otra fase.
No es que hayan desaparecido las expectativas, pero una buena muestra de que las notas no son las mismas la representa el aplazamiento del fallo sobre la anulación de la condena dispuesta por un jurado en Nueva York.
El juez Juan Marchan postergó la decisión para mañana. Aunque no se anulen los 23 delitos de los que Trump fue encontrado culpable, se especula que como resultado de las elecciones se podría flexibilizar la decisión para evitar que vaya a prisión.
La defensa ha reclamado que se le aplique el fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre inmunidad presidencial o, en su defecto, se considere que sus derechos como presidente electo son a tales efectos similares a los de un gobernante en ejercicio. Trump ya no es el mismo.