Editorial

Feminicidios

Feminicidios

El asesinato a balazos de  una mujer dentro de un carro  por un individuo que luego  incendió el vehículo con el cuerpo de la víctima en  su interior,  en el municipio Santo Domingo Este, constituye otro episodio de la indetenible espiral de feminicidios que  conmociona desde hace tiempo a la sociedad dominicana.

La Fiscalía puso en libertad  sin formularle cargos al comerciante Juan Carlos López, exmarido de la occisa, Yesenia Rivero Figuereo, cuya familia anunció que se constituirá en parte civil en su contra, al considerarlo  responsable de la muerte de su pariente.

Más de 90 mujeres han sido asesinadas durante los primeros seis meses de este año, y con relación al primer trimestre cuando se reportaron 30  feminicidios la cifra se duplicó. Las autoridades revelan que   la mayoría de esos homicidios son perpetrados por   por maridos, ex esposos o  amantes.

No parece válido el argumento  esgrimido por  funcionarios del Ministerio Público de que  muchos de  esos asesinatos ocurren porque las víctimas no  dan seguimiento a sus casos de querellas por maltratos o amenazas de muerte de maridos o pretendientes, porque lo que ocurre de común es que la mayoría  esas  denuncias no son atendidas debidamente en destacamentos policiales ni oficinas de fiscalía.

Lo cierto es que la vida de la mujer se ha degradado en los diversos estratos de la sociedad dominicana, al punto que en siete años se han reportado mil 250 casos de  feminicidios, cifra escandalosa  que demuestra que los medios jurídicos, preventivos y educativos han resultado insuficientes para  al menos disminuir  ese tipo de asesinato.

Aunque las causas de los feminicidios  se ligan a otros dramas sociales como la degradación de la institución familiar, drogas, alcoholismo y crisis económica, la vía más expedita y eficaz para frenar esa  curva ascendente de asesinatos ha de ser una combinación de educación, prevención y severa condena contra los homicidas.

Corresponde al  Gobierno y impulsar una vigorosa campaña de promoción de los valores familiares y en especial  ante todo tipo de discrimen contra la mujer, cuya integridad como ciudadana, esposa y madre debe ser resguardada por  el Ministerio y la Justicia, que han de perseguir y castigar ejemplarmente a todo aquel que  siquiera intente  causarle daños físicos o morales.

La violencia contra la mujer ha llegado a extremos insospechados, por lo que se requiere  que las autoridades  adopten  medidas  excepcionales para frenar tantos feminicidios que -se repite- avergüenzan, indignan y consternan a la sociedad.

El Nacional

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