Opinión

Feminicidios

Feminicidios

Desde tiempos históricos, filósofos, pensadores, líderes, religiosos y todos los que se les ocurra han reflexionado sobre la condición de inferioridad de la mujer. Dicen que Aristóteles decía que la mujer era un hombre imperfecto, para Confucio las mujeres se definen en un solo verbo: obedecer, San Pablo dijo que el hombre es la cabeza de la mujer y para rematar, llegó Alá con su Profeta y su Corán. Federico Engels fue más práctico y dijo que el asunto era un problema de la herencia del poder. Había que controlar la maternidad para saber quién era hijo de quien. Parecería que el cinturón de castidad de tiempos medievales resolvería ese problema siglos después.

Y más después llegó ¡el ADN!

Pero como dice el refrán, de esos tiempos históricos es mucha “agua pasada por debajo del puente” y la transformación política, económica y social con sus leyes civiles comenzó a resquebrajar todo el andamiaje conceptual de inferioridad femenina. Romper con el cinturón ideológico.

Con la llegada de la revolución norteamericana y la instauración de las leyes civiles, la religión se colocó en su sitio y el Estado en su otro sitio, lamentablemente no en toda la geografía, y empezaron las transformaciones en el ámbito público y de lo privado.

En el siglo pasado en Estados Unidos, al tiempo que las mujeres sustituyen a los hombres en el mercado de trabajo por la participación masculina durante la guerra, surge una pildorita, la píldora anticonceptiva, que habría de revolucionar el ámbito de lo privado en las relaciones sexuales hombre-mujer y que daría lugar a la liberación sexual de las mujeres. Y esa liberación sexual, por la que se ha ejercido y aún se ejerce su dominación, invade gradualmente la búsqueda de transformaciones a nivel público.

Las transformaciones a nivel público con leyes y normas que penalizan la violencia doméstica, se encuentra a nivel privado con los rastros de una herencia conceptual de la condición femenina pensada y articulada por pensadores y religiones a lo largo del proceso histórico de la humanidad.

Esas transformaciones a nivel privado y a nivel público de la condición de la mujer, implica además la pérdida del poder de los varones sustentadores por siempre de la dominación y del control.

El Nacional

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