Ahora las “fiestas populares”, son denominadas “fiestas municipales”, impulsadas por las alcaldía de los pueblos.

Muy bien valorada la intención del gobierno de darle respaldo a los artistas en la temporada, abriendo espacios y escenarios para que los artistas populares encuentren oportunidades de trabajo, y la gente del pueblo locaciones para el entretenimiento y la diversión.

Pero al igual que antes, han surgido voces que desmeritan el propósito.

Gente que hace denuncias, a veces exageradas, que en muchos casos responden a una lucha de intereses.

Promotores de espectáculos que han quedado fuera de la repartición y de las asignaciones de tarima que se hacen asumen una actitud de descrédito del evento, al igual que artistas que se han mantenido inactivos todo el año, y que solo aparecen en Navidad reclamando ser incluidos en la agenda de las actividades que auspicia el estado.

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Es una pena que la loable iniciativa de auspiciar presentaciones artísticas populares para llevar alegría a la gente y de brindar trabajo de temporada a músicos, cantantes y locutores, se vea empañada por rebatiñas que pueden dar al traste con el propósito que la inspira.

Deberían mirarse en el espejo de lo que sucedió con Merengueros Siglo XXl que se formó con el propósito de celebrar el Día del Merengue, que debido a disputas internas se desintegró y las orquestas y sus músicos no han vuelto más a festejar la fecha.

Por: Joseph Caceres