La descentralización de los servicios es un buen paso para democratizar y acelerar las respuestas a las necesidades de la población.
Si cumple las funciones el “gabinete de la descentralización” creado por el presidente Luis Abinader puede ayudar a diversificar la concentración de los poderes que ha prevalecido en este país.
No está claro si ha sido por falta de recursos o por la corrupción pero es inconcebible que los ayuntamientos carezcan de prioridades y ni siquiera hayan podido construir aceras y contenes.
En tal sentido es muy atinada la crítica de Abinader a los cabildos durante la actividad denominada “Construyendo un poder local al servicio de la gente”.
Cierto es que la población tiene que ser más participativa, pero inconcebible que los ayuntamientos solo puedan cumplir con el pago a sus servidores y una deficiente recogida de la basura.