Miguelina Terrero
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Aunque se siente muy lejos de ser el padre ideal, el reconocido actor Francis Cruz manifiesta su satisfacción por haber dado lo mejor de sí para educar y dar el mejor ejemplo a sus hijos Jaime, Miranda y Arantza.
Junto a su esposa, la también actriz Marisol Marión-Landais inculcó a sus hijos, que ya son adultos, la fe en Dios sin presionarles en su punto de vista. Les enseñó que el trabajo dignifica aún cuando no se obtenga siempre lo que queremos o entendemos que merecemos, de manera inmediata… o nunca, pero también los adiestró para entender que los seres humanos tenemos varios talentos, y que debemos entrenarnos en ellos ya que las circunstancias pueden variar y hay que estar listos para cambios bruscos en la vida.
Analiza y confiesa que le hubiese encantado tener más tiempo y facilidades para viajar juntos y posiblemente evitarles algunos episodios vividos como resultados de malas decisiones que no tenían que ver con ellos .
“Es posible que me recuerden por ser un poco fuerte en mi etapa de mis años de más vigor o menos experiencia, pero también me considero cariñoso y dedicado durante su camino a la adultez. Creo que soy como papá muy parecido a mi padre en el sentido de estar pendiente de lo que necesita todo el que me rodea”, dijo.
Con una gran trayectoria tanto en cine como en teatro, Cruz recuenta cómo ha sido para él distribuir el tiempo de su exigente oficio, con su papel de papá. “Al inicio de mis pasos en la actuación era más sencillo ya que mis hijos estaban pequeños y yo apenas participaba en una obra teatral al año. Jaime disfrutó más de mi tiempo libre que las niñas”.
Agrega que ha partir de la ley de cine en el 2010 ha tenido más trabajo en largometrajes por lo que en ocasiones no está de repente en algunos encuentros familiares importantes, pero entiende que es comprensible porque su trabajo es un oficio que ama y ha sido importante no solo profesionalmente sino como ser humano.
“Hago otras actividades económicas para vivir y esa dualidad me ejerce presión ya que en muchas ocasiones se me hace difícil cambiar de canal. Tal vez por eso mis dos hijas dirían que en esta etapa que ya son adultas, me comporto sobreprotector, quien sabe si busco inconscientemente una manera de complementar algo que creo aún no dado, y es entonces cuando no les hago caso y sigo pensando en ellas como las niñas de su paí”.
Sus mayores retos
Como padre, menciona entre sus mayores retos: no ser ciego con ellos, llevar un nivel de exigencia en sus vidas para cada uno según su potencial.
Tratar de ser un facilitador hasta cierto punto y nunca duda en «ponérsela difícil» en ocasiones necesarias.
“Hace unos 20 años alguien me dijo que no lograría criarlos en igualdad de condiciones y amor y le dije a esa persona: ‘siéntate y espera a ver’”.