DETROIT, Michigan, AP. _ Ni la gélida Detroit pudo enfriar a los Gigantes de San Francisco.
Gregor Blanco conectó un triple productor y luego anotó tras un sencillo de Brandon Crawford en la segunda entrada, mientras que Ryan Vogelsong estiró el martirio de los bateadores de los Tigres al conseguir el sábado una victoria 2-0 que dejó a San Francisco a ley de un triunfo para conquistar su segundo campeonato de la Serie Mundial en tres años.
Incapaces de generar ofensiva, los Tigres dieron la impresión de ser un equipo sin vida. El mejor ejemplo se dio en el quinto inning cuando Miguel Cabrera _el hombre que previo al tercer juego del Clásico de Otoño recibió los trofeos de la Triple Corona y el Hank Aaron al mejor bateador de la Liga Americana_ fue retirado con un elevado al campocorto Crawford con las bases llenas y dos outs.
San Francisco, en cambio, acaricia una segunda corona luego que la franquicia obtuviese hace dos años su primer campeonato desde 1954, cuando entonces estaba instalados en Nueva York.
El abridor de los Tigres Aníbal Sánchez pareció acusar al inicio su falta de actividad (12 días tras su última apertura), sobre todo en un segundo inning en el que el derecho venezolano debió emplear 31 pitcheos.
Hunter Pence puso en marcha esa entrada al recibir un pasaporte dentro de un turno en el que Sánchez tiró cuatro bolas. Sánchez no había transferido a un bateador derecho desde agosto.
Pence se robó la intermedia, alcanzó tercera con un lanzamiento descontrolado y anotó al trote gracias al triple de Blanco contra el muro del jardín derehco. Luego, con dos outs, Crawford empalmó un globo de sencillo para el 2-0.
Lo peor de todo para los Tigres es que evidenciaron claras señales de impotencia y frustración.
Durante el segundo inning, Cabrera se puso las manos en sus caderas, Prince Fielder inclinó la cabeza y Jhonny Peralta pateó la tierra.
Los Gigantes también amansaron la euforia de los aficionados del Comerica Park, subyagados al ver a su equipo sufrir una segunda blanqueada seguida por 2-0.
Detroit fue el equipo que más bateó para doble matanzas en las mayores este año y la combinación de Marco Scutaro-Brandon Crawford ejecutó un par que sofocó amagos de amenaza. Ambas fueron con dos corredores en circulación. El villano de la primera fue Fielder y en la otra fue el novato Quintin Berry.
Ni siquiera enfrentar a un pitcher derecho ayudó a los Tigres, que ahora están de 11-1 en hombres en posición de anotar en la Serie Mundial. Tampoco han anotado desde el jonrón de dos carreras de Peralta en el noveno episodio del primero juego, es decir una sequía de 18 innings sin rayar.
El derecho Vogelsong siguió los pasos de los zurdos Barry Zito y Madison Bumgarner al permitir cinco hits con cuatro boletos y tres ponches en cinco innings y dos tercios. Tim Lincecum _el flamante relevista con un salario de 18 millones de dólares_ y Sergio Romo se encargaron del resto.
Sánchez se recuperó tras trastabillar en el segundo capítulo y cubrió siete innings, permitiendo seis hits, dos carreras, un boleto y ocho ponches. Pero el ataque de Detroit nunca apareció.