Opinión

Gobierno en laberinto

Gobierno en laberinto

POR:  Luis Pérez Casanova

l.casanova@elnacional.com.do

 

 

El curso de los acontecimientos sugiere que el Gobierno está atrapado, pero no así sin salidas visibles a fin de mitigar las consecuencias para decenas de miles de dominicanos de ascendencia haitiana de la sentencia sobre la nacionalidad del Tribunal Constitucional. El tiempo que se perdió para explorar una solución al impacto de un fallo inhumano e injusto, que ha estremecido altares con revelaciones de maniobras bochornosas, ahora conspira contra el Estado dominicano. Los demás problemas, incluido el bálsamo que ha representado el congreso del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), son irrelevantes frente a la disyuntiva que plantea el histórico fallo.

Como alternativa para bajar las presiones, sobre todo de la comunidad internacional, se presentó, primero, el Plan Nacional de Regulación de Extranjeros, y ahora se ha contemplado una ley de naturalización, que, en la práctica, no sería más que un brindis al sol, toda vez que, al menos a simple vista, tampoco plantea una solución. Se trata de una legislación que ya existe, dirigida única y exclusivamente a extranjeros. La interrogante entonces se plantea en torno a la salida que se comprometió a buscar el Gobierno para resolver la suerte de los apátridas, que fue la gran preocupación de Haití en el primer diálogo binacional que se celebró en Juana Méndez. El tema volverá abordarse en el encuentro pautado para el 3 de febrero en Jimaní.

Por las intensas y ruidosas presiones de nacionalistas ante todo lo que huela a Haití, el Gobierno, que en principio se decantó por una salida justa y humanitaria, luce atrapado. Bien puede impulsar una ley de amnistía que beneficie a todos los descendientes nacidos en el país de extranjeros ilegales desde 1929 hasta 2010, sin importar lo que alegue la oligarquía que todavía evalúa a los seres humanos por su color, religión, origen o credo político. Peor sería exponer el país a sanciones internacionales, un riesgo del cual han asomado indicios muy concretos. La advertencia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de quien se metía con Haití lo hacía con el pueblo venezolano no fue a Estados Unidos. Y por aquí sabemos lo que ha significado Petrocaribe para la estabilidad de la macroeconomía.

En la segunda ronda del diálogo binacional el Gobierno, que es obvio que negocia a la defensiva, debe presentar una fórmula concreta frente al problema de los apátridas. La ley de naturalización, que es muy específica en cuanto a la nacionalización de los extranjeros, no es la respuesta. Mientras se decide, se intensifican las críticas de medios, personalidades y la comunidad internacional contra una sentencia que ha puesto a República Dominicana en el mapa, no por sus playas, sino por atentar contra los derechos humanos.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación