Al Gobierno le faltan las “calorías” habituales de una administración vigorosa. Hoy la calificación que merece es de “mano blanda y humanitarismo” o, mejor dicho, de “mecenatismo” puro y duro. Encendidos discursos, llenos de energías y de nobles palabras cargadas de un espíritu dadivoso, pero le falta fuelle, que fomente y ejecute esfuerzos de envergadura y deje lo verbal y palabrero, y las pequeñeces.
Todo concluye en una disertación continua, más atentos al maquillaje que a los hechos. Con honrosas excepciones, el trabajo está orientado al culto de la imagen popular o mediática, y esto afecta el rigor en la culminación de iniciativas importantes y llegar a resultados certeros en los plazos planteados.
Es la equivocada conducta de aplicar una deshilvanada política, sin proyectos con robustez nacional. Asíno se puede ser referente ni que se confíe en el que dirige; es gente que no actúa con coraje por el bien común.
Es decir, estas acciones no sustancian las labores gubernamentales, aunque se nos diga con alto ruido que implican reducir y mejorar el abismo que existe en las desigualdades y falta de oportunidades. Por eso, se ha impuesto lo dadivoso como política populista, ese mecenatismo que suele merecer el aplauso y aprobación muy alta en la simpatía social.
El Gobierno ha hecho de esta práctica su “modus operandi”, tratándose de lo determinante que es el Estado, pues los bienes y recursos que posee parece que no hay riesgos ni tentaciones que lo pongan en apuro. Todo esto ha derivado en un populismo de Estado que, pienso, pone en ruta peligrosa su fortaleza: deuda pública y desprendimiento del patrimonio, al mejor estilo de los encomenderos del tiempo de la colonia.
Se ha montado un demencial festival de pensiones privilegiadas, títulos definitivos, bonos, subsidios, etcétera, creyendo el pueblo llano que estos apoyos coadyuvan a borrar dudas a su futuro. Por eso les satisface tanto desprendimiento del Presidente, que siempre juega y apuesta al papel catalizador emocional en la movilización del votante: ¡comprar el voto!