
La actual crisis del hambre tiene consecuencias drásticas para el futuro de las niñas haitianas. / Archivo.
Tan indolentes han sido las potencias sobre el drama haitiano, que es un acontecimiento si contribuyen con unos centavos con el pedido de recursos de la ONU para mitigar el hambre en la nación.
El organismo ha solicitado 46 millones de dólares para los próximos seis meses con el fin de proporcionar alimentos a unos dos millones de haitianos, incluidos 8,500 en el nivel más catastrófico del hambre.
La ONU se ha cansado de llamar la atención sobre el doloroso drama haitiano, pero Estados Unidos y otras grandes potencias apenas no se han dado por aludidas.
Los montos y las condiciones cuando han decidido cooperar reflejan el desinterés en mejorar la situación de una nación al borde del colapso.
Todos saben que mientras se deterioran las condiciones de vida de la población más aumenta la incidencia de las pandillas que controlan la mayor parte del territorio.
La ONU dice que la violencia de las bandas ha desplazado a más de un millón de personas y dejado a la mitad de la población, unos 5.7 millones, en necesidad urgente de alimentos.
En lo que se encuentra una salida a la crisis las potencias deben condolerse siquiera de los hambrientos.