El pueblo trabajador ha pasado en los últimos días por situaciones que le provocan estrés y echan más piedras al saco pesado que viene cargando desde hace buen tiempo, en el gobierno del presidente Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM).

A la situación difícil que vive la población por el alto costo de la vida y la inseguridad, entre otros males a que asistimos, se sumó que en horas de la mañana del pasado miércoles, decenas de pasajeros no pudieron abordar el metro en la estación María Montez de la Línea 2, ubicada en el kilómetro 9 de la autopista Duarte.

Con relación a esta falla, la Opret informó que a las 7:30 de la mañana se registró «una avería» que afectaba la llegada y salida de trenes en la mencionada parada.

Cuando todos dábamos por concluida la odisea de los usuarios de ese medio de transporte, el miércoles 19 de este mes, se produjo en horas de la noche otra interrupción en el servicio, pero ahora en la línea 1 del Metro de Santo Domingo.

La nueva falla en el vital sistema de transporte de la capital obligó a cientos de personas a desplazarse a pie por la avenida Hermanas Mirabal y el puente Francisco J. Peynado, luego de ser evacuadas.
Decenas de pasajeros tuvieron que caminar por los rieles del metro, en un hecho que se convirtió en “histórico” como todo lo que dice hace el gobierno del actual mandatario y “verdad que fue histórico”.

Pero el cuento no finaliza ahí, debemos recordar que el pasado martes 11 de este mes, al producirse un apagón general en el país, cientos de usuarios del metro quedaron atrapados en vagones, lo que puso en peligro la integridad física de muchos de los que utilizan este transporte para ir a sus trabajos, academias y otros lugares.

Parece mentira, pero a pesar de que al momento de construirse el metro se tomaron previsiones para que no le faltara energía en momentos de emergencias, pero pasó que los generadores de respaldo no pudieron arrancar, ya que estaban abandonados por falta de mantenimiento.

Las autoridades deben tener muy claro que aunque recibieron un país con dificultades, pero que la ciudadanía en sentido general sabe que funcionaba, y todos sabemos que mejor que ahora, aunque nos quieran vender otra cosa.

El presidente Luis Abinader debe dejar de estar visitando altares que no dejan ningún resultado, y ponerse a pensar en la solución de los problemas del país para ver si termina un poquito mejor de lo que está.

Por: Christian Oviedo