Es una fuente de inspiración para las mujeres, y es que su espíritu emprendedor la ha llevado a brillar en cada escenario en el que ha trabajado, pero en especial en el mundo del turismo, pues en el corazón de Punta Cana, el nombre de esta dama valiosa resuena con fuerza.
Por lo antes mencionado es muy fácil saber a quién nos referimos, a Haydée Kuret de Rainieri. Una mujer amante de la Física desde secundaria, carrera en la que decidió formarse, y posteriormente compartir con otros a nivel catedrático, pero el destino y su espíritu emprendedor tenían otros planes para ella, trabajar junto a su esposo Frank Rainieri, en transformar la región Este en un lugar de oportunidades y crecimiento turístico, a través del Grupo Punta cana.
Haydée Kuret de Rainieri impulsa el turismo en Punta Cana con visión y trabajo en equipo
“Apoyé a mi esposo Frank a hacer realidad su sueño que hice mío. Así es que fue fácil porque trabajamos juntos por un mismo sueño. Cuando trabajas por algo que sueñas, la mayor satisfacción es lograrlo, pero mi mayor satisfacción es que nuestros hijos hicieron de ese sueño, su ‘realidad’ que van llevando a otra dimensión pero con el mismo amor y la misma entrega”, manifestó a Qué Pasa!
Con palabras que destilaban grandes sentimientos, en ese mismo sentido dijo que, sin embargo, su mayor empresa y su mayor éxito es su familia.
“Frank y yo, juntos, hemos construido la más grande y mejor empresa que cualquier ser humano puede construir: una familia estable, unida, trabajadora con conciencia social y humanidad”.
Su mayor éxito es una familia unida, reflejando amor
La familia no es solo algo importante ¡Lo es todo! Es un abrazo cálido, un refugio lleno de amor, un sostén, seguridad, en resumen una gran bendición. Y la señora Haydée ha sido bendecida. Relata que su madre y su esposo le permitieron balancear el rol de empresaria y de madre en sus años de estudios y trabajo, proporcionándole una base sólida de confianza y motivación.
“He tenido la bendición de tener una madre y un esposo con quienes siempre pude y he podido contar. Y siempre he podido ajustarme a las circunstancias y hacer los cambios necesarios para seguir adelante” reveló, enfatizando posteriormente que sin embargo, sus hijos siempre tuvieron madre y don Frank siempre tuvo esposa, pues nunca olvidó que lo más importante era su familia.
Se trataba simplemente de hacer un balance entre la vida profesional y la vida laboral, aunque ello significara tener que sacrificar parte de su tiempo personal.
Muchos conocen a esa Haydée trabajadora, que con su temple, determinación, y capacidad de liderazgo, ha encendido ese faro de esperanza en aquellos que aspiran a grandes cosas, especialmente en aquellas mujeres que buscan su propio camino al éxito con trabajo tesonero. Pero más allá del impecable traje de empresaria y los títulos, hay una mujer, esposa, madre, abuela, amiga, que a lo largo de su vida ha tratado de dar lo mejor de sí en cada cosa que hace. Como todo ser humano, con defectos y cualidades, esperanzas y sueños.
Continúa soñando con un futuro más justo y oportunidades para las nuevas generaciones
Aunque muchos pensarían que la señora Kuret de Rainieri ya ha cumplido todos sus sueños, aún tiene otros, pues reza una frase que “Vivir sin soñar es existir sin rumbo”. Pero estos nacen más profundos, desde la raíz de ese corazón que late por lo más sagrado que la vida le ha regalado, su familia.
“Creo que los sueños terminan con la vida y yo todavía estoy viva… Sueño con que mis hijos y mis nietos permanezcan unidos, que sigan siendo personas humildes, trabajadoras, honestas, responsables y conscientes de que los privilegios que Dios les ha concedido conllevan responsabilidades con ellos mismos, con quienes les rodean y con la sociedad en la que se desenvuelven. Sueño con que mis nietos encuentren sus propios nichos. Sueño con una sociedad más justa y con oportunidades para todos. Sueño con vivir y terminar mi vida en paz”.