Por: Narciso Isa Conde
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Al inicio del 2013 fue cursada la extradición del coronel Francisco Hiraldo Guerrero, quien desempeñó por años la función de Jefe de Operaciones de la DNCD. Hiraldo perteneció a la Marina de Guerra, donde no escasean altos oficiales de esa calaña. Era conocido por sus fechorías y fue protegido durante una década por oficiales superiores y altos funcionarios civiles.
Recuerdo que en 2008 -a raíz del plan criminal en mi contra (de factura Uribe-CIA)- mi esposa Lourdes y yo le tratamos a Leonel Fernández varios casos de generales de la DNCD, DNI, MG… asociados a altos oficiales (tipo Montoya) y a cárteles colombianos; casos tolerados por la Estación de la DEA. Y Leonel se hizo el loco.
Solo en enero pasado autoridades estadounidenses, que siempre dosifican y manipulan a conveniencia los narcocasos relacionados con Estados subalternos, se decidieron a presentar un expediente “calimocho” del coronel Hiraldo, en el que sus protectores siguen ocultos tras las opacas cortinas de la DEA y la CIA.
A ese coronel “operativo” le cantaron fuertes “cargos” de tráfico, posesión, importación y participación en las redes narcomafiosas, que suman tres condenas a cadena perpetua. Miles de kilos de cocaína llegaron aquí desde Colombia y salieron hacia EEUUU dizque bajo su “exclusiva” responsabilidad, silenciando las obvias complicidades de sus jefes. Los nombres y datos de los beneficios, modalidades de asociación, conexiones con la DEA y sombrillas políticas, se han quedado en las bóvedas del poder imperial para fines de chantajes de todo tipo.
Recientemente, el coronel Johan Emilio Liriano Sánchez, que en 2011 se dio a conocer como el “Arbitrario” (tras amenazar periodistas), fue apresado en el peaje de la autopista Las Américas y ha sido acusado de lavado de activos y de otras actividades del crimen organizado.
Su perfil es bastante parecido al de Hilario, solo que procede de la PN y no de la MG.
Tiene antecedentes delincuenciales en Boston, incorporado de paracaídas a la policía por su jefe de turno, trasladado a la DNCD, ascendido rápidamente, colocado en una posición clave junto al ex-presidente de ese organismo, general Rosado Mateo, y defendido a capa y espada por él. Y Danilo tranquilo.

