El Himno Nacional, que junto al escudo y la bandera forman parte de nuestros símbolos patrios, y del que hoy queremos plasmar sus letras a manera de lectura comprensiva, para revivir y asimilar el mensaje vivo de sus estrofas que recogen y claman a gritos los sentimientos heroicos de aquellos patriotas que lo dieron todo por nuestra dominicanidad.
El himno que es el sentimiento del alma nacional nació primero en las melodías del maestro José Rufino Reyes en 1883, quien luego le solicitara al abogado y ex diputado puertoplateño, Emilio Prud’Homme que escribiera algunos versos patrióticos que le dieran voz al sentimiento patrio y cuyas letras merecen ser exaltadas, comprendidas y defendidas hoy más que nunca.
Leamos, estudiemos y comprendamos el mensaje de estas magnas letras de nuestro Himno Nacional; “Quisqueyanos valientes alcemos nuestro canto con viva emoción, y del mundo a la faz ostentemos, nuestro invicto, glorioso pendón. Salve el pueblo que intrépido y fuerte a la guerra a morir se lanzó, cuando en bélico reto de muerte sus cadenas de esclavo rompió!
Ningún pueblo ser libre merece si es esclavo, indolente y servil;
si en su pecho la llama no crece que templó el heroísmo viril.
Mas Quisqueya, la indómita y brava, siempre altiva la frente alzará;
que si fuere mil veces esclava, otras tantas ser libre sabrá. Que si dolo y ardid la expusieron, de un intruso señor al desdén,
Las Carreras, Beler, campos fueron que cubiertos de gloria se ven.
Que en la cima de heroico baluarte de los libres el verbo encarnó, cuando el genio de Sánchez y Duarte a ser libre o morir enseñó.
Y si pudo inconsulto caudillo de esas glorias el brillo empañar,
de la guerra se vio en Capotillo, la bandera de fuego ondear.
Y el incendio que atónito deja de Castilla al soberbio león, de las playas gloriosas se aleja donde flota el cruzado pendón.
Compatriotas, mostremos erguida nuestra frente, orgullosa de hoy más;
que Quisqueya será destruída, pero sierva de nuevo, jamás. Que es santuario de amor cada pecho de la Patria se siente vivir;
y es su escudo invencible el derecho, y es su lema: ser libre o morir.
¡Libertad!, que aún se yergue serena la victoria en su carro triunfal,
y el clarín de la guerra aún resuena pregonando su gloria inmortal.
¡Libertad!, que los ecos se agiten mientras llenos de noble ansiedad
nuestros campos de gloria repiten:
¡Libertad, Libertad, Libertad!”. En estas letras está plasmado el sentimiento nacional de todo un pueblo cuyos buenos hijos de ayer y de hoy se sienten obligados y comprometidos a defender y respetar la memoria indeleble de cada palabra y cada estrofa que nuestro Himno Nacional clamada a gritos.