Este Domingo de Ramos, que conmemora la llegada de Jesús a Jerusalén, se inicia la Semana Santa de la que junto al Jueves y Viernes Santo y al Domingo de Resurrección, forma parte de sus actos litúrgicos centrales. Cristianos de todo el mundo recrean hoy la expresión: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!
Con la bendición en las iglesias de las palmas y ramos de olivo, comienza una semana de intenso fervor cristiano en la cual se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesús, periodo propicio también para la reflexión y el perdón.
El pueblo cristiano recreará con devoción desde hoy la entrada de Jesús a Jerusalén, su arresto, juicio, crucifixión, sepultura y resurrección, una historia bíblica rica en amor, indulgencia y misericordia, valores que escasean en la sociedad dominicana.
La Semana Santa que se inicia hoy coincide con una campaña electoral que ha estado matizada por un discurso cruento, acusador, excluyente, como si se tratase de la crucifixión del entendimiento y no una fiesta de la democracia.
Partidos y candidatos están en el deber de decretar una pausa y permitir que la sociedad respire y pueda reflexionar en torno al futuro de la nación, pero más aun, implorar ante el Hijo de Dios para que el Altísimo conceda sabiduría y humildad al liderazgo político para que siempre y en todo estado de causa, los intereses nacionales estén por encima de ambiciones o apetencias de grupos o personas.
La Semana Mayor es propicia también para resaltar valores que sustenta la fe católica y que son consustanciales a la familia y al individuo, como la solidaridad, responsabilidad, honradez, amor al prójimo y el perdón.
Miles y miles de familias aprovechan el asueto de Semana Santa para desplazarse hacia las playas, ríos y montanas, por lo que desde hoy se clama contra los excesos y se pide moderación, fórmulas infalibles para evitar tragedia, dolor y sufrimiento.
Cuenta el apóstol Mateo, que al entrar Jesús a Jerusalén sobre un potrillo los fieles tendían mantas y lanzaban ramas y palmas sobre el camino al tiempo que clamaban !Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!. Hoy, pues, es día de regocijo y reflexión.

