Hoy es el día, cuando en una nación que se repute de democrática, los ciudadanos se empoderan del sagrado derecho, que es también ineludible deber, de elegir a sus gobernantes mediante el ejercicio del sufragio personal, libre, directo y secreto, prerrogativa que todos los órganos del Estado están obligados a garantizar.
Hoy es el día, cuando candidatos y partidos callan y aguardan como párvulos que ruega por caramelo, que la voluntad del elector se deposite en la casilla correspondiente a su bandería, con lo que se demuestra que aunque sea durante una jornada cívica de siete horas, el ciudadano ordinario se convierte en más poderoso que toda la clase política.
El voto de cada quien siempre será el más importante, por tanto en el colegio electoral ninguna ausencia será justificada, a menos que sea por enfermedad o impedimento de ley, toda vez que el no cumplimiento de ese deber inhabilita en términos morales el ejercicio de otros derechos.
La conciencia se define como el conocimiento que un ser humano tiene de sí mismo y de su entorno, lo que indica que emplear ese atributo al momento de sufragar es garantía de paz interior, porque nada mejor que estar en paz consigo mismo.
La innegable vocación de servicio de los dominicanos se expresa en la instalación desde la madrugada de hoy de más de 13 mil colegios electorales, cada uno dirigido por un equipo de ciudadanos que aportan tiempo y sacrificio para ayudar a consolidar la democracia e institucionalidad.
Se cuentan por miles y miles los ciudadanos que durante muchos meses trabajaron incansablemente para que la Junta Central Electoral pudiese convocar hoy a más de 6.5 millones de dominicanos a ejercer tan sagrado derecho con garantía de que prevalecerá la expresión mayoritaria en las urnas.
Atrás quedaron los tiempos cuando días como el de hoy se asociaban al riesgo de violencia e intolerancia, porque el presente es y debe ser época de convivencia, respeto, pluralidad y tolerancia, sin espacio para ninguna fórmula fraudulenta o mero desconocimiento de la voluntad popular.
Los ruegos son para que esta jornada de votación se desarrolle en orden, que sea masiva y transparente y que esta misma noche, la JCE anuncie por vía de un último boletín cual ha sido la decisión de la población votante y que los ganadores sean generosos en la victoria y los perdedores, respetuosos de esos resultados.

