Editorial

 Inaceptable

 Inaceptable

La reprimenda  del embajador de Israel al Gobierno dominicano por su respaldo al reclamo de Palestina de ingresar como miembro de pleno derecho a las Naciones Unidas (ONU)  constituye un inaceptable acto de intromisión en los asuntos internos de una nación que ha ejercido un derecho soberano  en el seno de la comunidad internacional.

A ese diplomático le asiste  derecho de expresar decepción por el apoyo ofrecido por  la Cancillería dominicana al pedido de que se cumpla con la resolución de la ONU que dispone la creación  del Estado Palestino, pero jamás a señalar el  tipo de conversación que debió tener el presidente  Leonel Fernández con  su colega palestino Mahmoud Abbas, quien visitó el país recientemente.

Las relaciones  entre  Israel y República Dominicana han sido siempre muy fraternas, basada en mutuo respeto y promoción de la autodeterminación, por lo que resultan absolutamente inaceptables las críticas vertidas contra el Gobierno por el  embajador  Moshe (Marco) Sermoneta.

El enviado del Estado judío censuró al presidente Fernández porque no interrogó al líder palestino “sobre asuntos importantes”, que  el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu,  explicó al mandatario dominicano cuando viajó a Medio Oriente, como  si para ese  embajador el jefe de Estado  fuera un muchacho de mandado.

Textualmente, el diplomático dijo a El Caribe que “es una lástima  la forma como el presidente Leonel Fernández destacó que es preciso que se consiga la paz, pero no aprovechó la oportunidad para preguntarle a Abbas sobre cosas importantes a discutir sobre el acuerdo de paz”. Inaceptable forma de intromisión.

Al advertir que  la posición de Israel respecto a sus nexos con República Dominicana  se verá en el futuro y que  se trata de un  “un asunto delicado”, el  embajador Sermoneta señala que  al Gobierno de Israel “le hubiera gustado  escuchar al Presidente expresarse de manera que reflejara esa amistad”.

Aunque la Cancillería israelí  al parecer ha instruido a sus embajadas en El Salvador y Honduras para que  expresen  decepción ante  las decisiones de esos gobiernos de respaldar la creación del Estado Palestino,  no hay dudas de que  el  embajador Sermoneta se excedió en sus críticas e incurrió en grosera intervención en  asuntos de fuero interno, que la Cancillería dominicana está obligada a rechazar.

El Nacional

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