Editorial

Inaceptable afrenta

Inaceptable afrenta

El mismo día que el presidente Barack Obama admitió que Estados Unidos aún no se cura de la enfermedad del racismo, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha sugerido un boicot al turismo de República Dominicana por repatriar indocumentados haitianos, colosal ejercicio de hipocresía política.

En los archivos de prensa no se encuentra ningún reclamo de sanción contra el Servicio de Inmigración estadounidense por las deportaciones de miles de niños y adolescentes centroamericanos que recorrieron miles de kilómetros para intentar alcanzar a través de la frontera con México el mentado sueño americano.

Con su irresponsable pedido, el señor De Blasio demostró carecer de la más mínima información sobre las relaciones dominico-haitianas, y en particular sobre las medidas que adopta el Estado dominicano para regularizar la situación de ilegalidad de centenares de miles de inmigrantes indocumentados haitianos.

De Blasio carece de autoridad jurídica, política o moral para llamar la atención al Gobierno dominicano porque aquí se procura salvaguardar derechos de indocumentados, mientras el alcalde neoyorquino se hace de la vista gorda ante maltratos flagrantes contra millones de inmigrantes que sufren persecución y exclusión por razones étnicas.

La propia policía de Nueva York parece tener razones valederas para que sus agentes ofrezcan la espalda en los actos públicos donde participa el alcalde De Blasio, cuya oficina no ha logrado detener los frecuentes actos criminales atribuidos a odio racial en la Gran Manzana.

Ha hecho bien el embajador dominicano en Estados Unidos definir como acto de hipocresía política intolerable el llamado a boicot contra el turismo dominicano convocado por el alcalde de Nueva York, aunque se requiere que la Cancillería dominicana rechace con todo vigor tan grosera afrenta.

La comunidad dominicana en Nueva York está compelida a negar todo tipo de respaldo político a un alcalde que pretende dañar la buena imagen de la República y provocar daños económicos que impactarían sobre la economía del país. Tal y como admite el presidente Obama, “Estados Unidos no se cura aún del racismo”, pero, a juzgar por la conducta asumida por el alcalde de Nueva York, tampoco se cura de la prepotencia imperial de muchos de sus dirigentes.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación