La presidenta de la Cámara de Cuentas, Emma Polanco, ha reiterado que su propósito es restaurar la imagen del organismo a través de la transparencia y la eficiencia de sus funciones.
Las intenciones son estimulantes, sobre todo ante el descrédito que por su ineficacia e intereses particulares ha arropado la entidad. Pero la señora Polanco tendrá, en lugar de decir, que actuar.
Lo que ella ha dicho es lo mismo que han dicho otros cuya gestión ha sido altamente cuestionada. La gestión de Hugo Álvarez Pérez fue acusada por la Procuraduría General de la República de maquillar auditorías, entre otras irregularidades.
Y la que presidió Janel Ramírez de incompetencia para mejorar la imagen del organismo. Agrada que Polanco exhiba fortalecer la transparencia, la rendición de cuentas y la integridad en la gestión pública como ejes fundamentales de su gestión.
El Nacional
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