Por tradición la gente puede estar más interesada en los cambios de funcionarios que en la rendición de cuentas del domingo del presidente Luis Abinader, en torno a la cual ya ha adelantado lo que considera importantes logros.
Pero una vez más hay que reclamar del Congreso y organismos competentes que cumplan su misión de examinar las memorias del Ejecutivo.
La rendición de cuentas no puede reducirse a un protocolo ni a la controversia sobre la veracidad de las informaciones que siempre se genera entre el Gobierno y la oposición.
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Las mejoras en salud, educación, seguridad, vivienda, economía y otros sectores, como dice el Gobierno, pueden ser muy significativas, pero no es lo que está en juego.
Pero tampoco los cuestionamientos de la oposición a las estadísticas del Gobierno. Lo importante es que se examine si se ha cumplido con leyes como la de Presupuesto.