Como una misa de salud puede definirse el encuentro convocado por el presidente de la Junta Central Electoral (JCE) con los jefes de campaña de partidos políticos, a los que instó a coordinar con los candidatos a los fines de que las actividades de promoción electoral no coincidan en lugares ni fechas.
El doctor Roberto Rosario Márquez ha reclamado también que los partidos rindan un informe sobre sus ingresos y egresos, así como de la cantidad de anuncios, pancartas y vallas y los orígenes de los recursos que emplean en la promoción de sus candidaturas.
Ha sido esa reunión un positivo ejercicio de prevención y transparencia que debería servir de alfombra que cubra de sosiego y orden el camino de 33 días que restan hasta el 20 de mayo cuando más de seis millones de electores serán convocados a elegir al próximo presidente y vicepresidente de la República.
Resulta absolutamente imperativo que los jefes de campaña elaboren un programa conjunto para que en ningún lugar coincidan marchas, caravanas o bandereos entre partidos adversarios, lo que evitaría pleitos o discusiones que pueden degenerar en episodios trágicos.
Es oportuna también la exhortación del presidente de la JCE para que los partidos políticos eviten consumo, uso o distribución entre militantes o simpatizantes de bebidas alcohólicas y armas de fuego, combinación que generalmente resulta letal en términos de violencia y desorden.
La sociedad toda aspira y merece a que el tramo final de la campaña electoral transcurra en completa paz sin que se vulneren derechos ciudadanos consagrados en la Constitución o se empleen recursos del Gobierno, Ayuntamiento o cualquiera de los poderes públicos a favor o en contra de los candidatos.
El tribunal electoral debería emitir cuanto antes la prometida resolución que obliga a los medios de comunicación del Estado a ceder espacios de promoción en favor de partidos y candidatos, como garantía de equidad y transparencia.
Los jefes de campaña son los que manejan el día a día de la campaña electoral, por lo que el encuentro patrocinado por la JCE con esos funcionarios electorales resulta saludable y oportuno para poder ofrecer seguridades de que todos los contendientes competirán con altura y decencia, y cumplirán cabalmente con la Ley Electoral. Jueguen limpio.

