Editorial

Jugar con candela

Jugar con candela

Los efectos económicos de un conflicto bélico que el presidente de Estados Unidos ha advertido que podría degenerar en la Tercera Guerra Mundial no deberían reducirse aquí a un prematuro bailoteo electoral o de ventajismo corporativo.

El presidente Joe Biden dijo  el viernes que si Rusia extiende su guerra a naciones  miembros de la Organización del Atlántico Norte  (OTAN) se desataría una conflagración global, lo que equivaldría a una guerra nuclear, escenario catastrófico que se mueve de lo improbable a lo posible.

La economía dominicana no soportaría por mucho tiempo la estrambótica financiación que requiere contener aun sea mínimamente la inflación cuasi galopante que genera el difícil entorno internacional, ensombrecido por la invasión rusa a Ucrania y las sanciones de Occidente contra Moscú.

El precio del petróleo WTI,  el de referencia para República Dominicana, que inició la semana  sobre los 130 dólares  el barril, descendió hasta colocarse  alrededor de los US$110 dólares, impactado por el anuncio de algunos países productores de aumentar sus ofertas, pero la situación podría revertirse con la decisión de Rusia e Irán de restringir sus niveles de producción.

Los precios de  soya, maíz y trigo se mantuvieron relativamente estables en  sus poltronas de las nubes, aunque los metales como oro, plata y níquel mantuvieron su tendencia alcista, con lo que se cumple el dicho aquel de que unas van de cal y otras de arena.

Cuando  ya marcaba una relativa recuperación de la afectación causada por  la pandemia del coronavirus, la economía mundial ha vuelto al camino de la recesión con severas advertencias de organismos multilaterales de que la prolongación del conflicto entre Rusia y Occidente la llevaría a la estanflación.

Sin hacer caso a la tormenta económica mundial, la clase política  dominicana levanta carpas  para una adelantada campaña electoral, sin  entender que esos vientos  ciclónicos derribarían  todas las estructuras circenses y hasta el propio edificio de la gobernanza.

La especulación o el excesivo afán de lucro  en el ámbito comercial o corporativo sería como dar de tomar veneno de cicuta a una democracia ya enferma de inequidad, corrupción, inseguridad y pobreza. Gobierno, partidos, empresariado y sociedad civil están compelidos a promover consensos en la toma de grandes decisiones políticas y económicas para levantar murallas que libren a la nación de previsibles tsunamis.

El Nacional

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