Temas de la agenda nacional asociados con crisis generadas por la pandemia y la guerra de Ucrania parecen condenados a convertirse en piezas de un insulso debate electoral en el que los contrincantes mercadean dilemas sobre quién fue primero, si la gallina o el huevo.
Para frenar la inflación, inducida por el aumento de precios del petróleo y otros commodities, el Gobierno planteó liberar de arancel importaciones de alimentos, lo que fue objetado por la oposición, que sugiere subsidiar insumos agrícolas y pecuarios.
Las autoridades anuncian subsidios al sector avícola, a los fertilizantes y también a las importaciones de productos de la canasta básica, pero ahora mismo no se sabe si esas medidas se aplican o si han tenido algún efecto sobre el control inflacionario.
El tema de la carne de pollo fue llevado del coliseo electoral para ser zarandeado con informaciones contradictorias servidas por el litoral oficial, productores y oposición política, sin que todavía se tenga certeza sobre el costo a que se expende a los consumidores, aunque se comprobó que llegó a venderse a cien pesos la libra.
El presidente Luis Abinader dijo que de las cinco muertes violentas ocurridas el sábado, solo una estuvo relacionada con la delincuencia, porque las demás corresponden a “coletazos del narcotráfico”, pero Danilo Medina atribuye el auge de la criminalidad a que se están “dejando morir” los programas que aplicó su Administración.
El Gobierno insiste en que gestiona de la mejor manera las diferentes vertientes de crisis económica y social, en tanto que la oposición jura lo contrario, pero en esos dimes y diretes escasean resultados o propuestas encaminadas a la solución o mitigación de los problemas.
Inmersos en barricadas electorales, gladiadores políticos parecen ignorar que la crisis externa se erige literalmente como el volcán Vesubio, cuya repentina erupción destruyó a Pompeya. Tampoco se han enterado que el ministro de Exteriores de Italia ha advertido que la “Guerra del Pan”, ha comenzado debido al bloqueo del trigo en Ucrania, lo que en lo inmediato provocaría hambruna y guerras en África y Oriente.
Títeres ni titiriteros parecen preocupados por el pronóstico hecho por el director de JP Morgan Chase, del banco más grande de Estados Unidos, de que el precio del petróleo llegaría en el corto plazo a oscilar entre 150 a 175 dólares el barril. Es irresponsable jugar con candela.