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La caída de Facebook y la lección que nos queda por aprender

La caída de Facebook y la lección que nos queda por aprender

Cada vez que las redes sociales se caen, ocurre lo mismo: la gente entra en pánico y, tras algunos minutos de angustia, verifica la situación en Twitter… asumiendo que no sea esta la red caída.

Sea porque el tráfico es menor que en otras redes o porque está mejor construida, Twitter raras veces protagoniza noticias de caídas o apagones espectaculares. Con las plataformas de Facebook, sin embargo, ocurre exactamente lo contrario, a veces con una frecuencia que pone en entredicho la construcción de estas redes.

Aunque ha ocurrido peor, pues en 2008 Facebook estuvo fuera de servicio casi durante todo un día, mientras que en 2019 Downdetector reporta un incidente global de alrededor de 12 horas de duración, la caída de hoy probablemente pase a los anales de la historia como un en evento épico en su categoría.

¿Qué pasó exactamente? Este lunes 4 de octubre empezó como cualquier otro día, pero a eso de las 11:45 a.m., hora local en República Dominicana, las cosas tomaron un giro inesperado que se extendió por alrededor de 6 horas.

En ese momento, las redes de Facebook, una por una, empezaron a caer. La gente, desesperada por recibir su dosis diaria de redes sociales, cuestionaba sus equipos y a sus proveedores de telecomunicaciones, tanto que algunas personas optaron por desinstalar esas aplicaciones a ver si se corregía el problema. Cuando fue evidente que era algo más serio de ahí, Twitter, Telegram y el resto al rescate.

Coincidencia o no, las plataformas de Facebook no fueron las únicas en dar problemas. Usuarios reportaron fallos en Telegram, presumiblemente porque se saturó esa plataforma con el influjo repentino de nuevos usuarios. Amazon Web Services, TikTok, Coinbase y hasta Twitter también presentaron problemas en algún momento del día.

Tras mucha especulación, todo indica que lo de Facebook fue un error de configuración que, hasta cierto punto, resulta risible: al parecer, una actualización rutinaria del sistema BGP (Border Gateway Protocol) resultó en un borrado de rutas de acceso, lo que en esencia significa que Facebook se borró a sí misma de la Internet.

BGP es un protocolo cuya función es dirigir el tráfico de Internet al destino correcto por la ruta más rápida y eficiente. Facebook, quizás por seguridad y robustez, desarrolló su propio sistema.

Es evidente que BGP es parte vital de la experiencia de Internet, lo mismo que los DNS, y quizás por eso no sorprende que en algún momento se especuló que los DNS de Facebook desaparecieron, ya fuera por hackeo, vencimiento o borrado intencional.

Alrededor de seis horas después del inicio de esta pesadilla, los servicios de Facebook empezaron a resurgir, y la gente no tardó en olvidarse del caos y el mal momento.¿Es correcto que sigamos nuestro camino, como si nada hubiera ocurrido? La respuesta es NO. Deberíamos revisar nuestra dependencia cada vez mayor de las redes sociales, las cuales se han convertido en algo más que un espacio para compartir y chismear.