El Senado envió a una comisión bicameral un proyecto de ley que modificaría la ley de Seguridad Social con el propósito de eliminar el actual sistema de pensiones con cuentas individuales a un sistema de reparto, convirtiendo todo el régimen de pensiones dominicanos en una burda estafa, despojando a millones de dominicanos más de RD$500 mil millones que hasta ahora han ahorrado de su labor y esfuerzo.

Conforme al proyecto de Ley, todo el dinero acumulado por los trabajadores en sus cuentas de pensiones pasarían a manos del Ministerio de Hacienda que, gracias a la laguna del tamaño del Océano Pacífico que deja el proyecto respecto de la administración de esos fondos, quedarían a entera discreción del Estado. Estaremos viviendo lo que en efecto operaría como una expropiación de los fondos de los trabajadores sin justa compensación.

Más aún, y sin contar los déficits con los que ordinariamente operan los sistemas de reparto, más sobre eso adelante, el sistema de reparto que surgiría a razón del proyecto de ley nacería con un déficit que necesariamente requeriría un aumento exorbitante de los impuestos para ser cubierto, sin contar con los déficits que seguramente acumularán en el futuro. Por lo que los trabajadores no solo verían sus pensiones esfumarse, sino que tendrán que asumir una carga tributaria significativamente más pesada en sus bolsillos para sostener lo que le sustituye.

El uso del sistema de reparto fue responsable del colapso económico en Brasil y en Grecia, y actualmente es el problema subyacente que mayor peligro representa para la economía mundial, esperándose que para el 2050 (cuando la mayoría de los pensionados en el sistema dominicano actual entrarán en retiro) los sistemas de reparto en el mundo generarán pérdidas acumuladas de casi $400 trillones de dólares, debido al aumento de la expectativa de vida y la cada vez más reducida tasa de natalidad.

En la radio y los medios escritos, opinólogos y pseudo periodistas se han dedicado a promover el sistema de reparto como la panacea, sin poner ningún reparo en la realidad de que ese tipo de sistemas promueven poner la carga de los excesos actuales en los hombros de las generaciones futuras, atentando directamente contra la estabilidad y el futuro de la nación.

Como alguien que religiosamente revisa el estado de su cuenta con su AFP trimestralmente cuando me es enviado, algo que imagino lo realizan millones de personas que participan en el sistema como yo, la idea de que esa cuenta con mi dinero se esfumaría con una vaga promesa de que el dinero “aparecerá” dependiendo de los impuestos que vaya a pagar alguien en el futuro, me aterra.

No juguemos al populismo con el dinero ajeno y enfoquémonos en soluciones razonables, que no involucren estafar a millones de dominicanos de su dinero con un sistema harto comprobado como un fracaso. Los que vivieron la era del Seguro Social conocen muy bien donde termina esta historia, y muchos tienen que estar gritando desde sus tumbas.