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La oposición política

La oposición política

Alberto Quezada

Por más que se quiera negar, en este país existe en la actualidad una  profunda carencia de formación política y estratégica  en la manera de hacer oposición política.

Se pueden contar con los dedos de una mano, y sobrarían más de la mitad, los líderes o dirigentes de las principales fuerzas políticas dominicanas, fundamentalmente de oposición,  que verdaderamente muestren un pensamiento político articulado conceptualmente hablando. 

Los que se conocen e interactúan en la  escena política criolla en la actual coyuntura, dígase,  Partido de la Liberación Dominicana (P LD), Fuerza del Pueblo (FP), Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Partido Reformista Social Cristiano(PRSC); manejan un discurso monotemático, difuso, insustancial, poco atractivo  y carente de formación  y muy tradicional.

Permanecen e interactúan en el medio político y social dando la impresión  colectiva de interesarle más el figureo, que el planteamiento; el insulto, que la propuesta; el beneficio personal, más que el estudio del Estado y su realidad. Eso es una pena.

En lo que se está es en la descalificación, el oportunismo partidario, en la intriga política y en un incomprensible e irracional deseo de ascender sin hacer su fila.  No hay fascinación por el debate, la confrontación de las ideas en busca de identificar y unificar criterios  en torno a un plan de desarrollo ajustado  a estos tiempos.

Sus actores se están quedando en la medianía, en lo superficial, en lo superfluo  e  intrascendente. Para sino lo sabían, es lacerante decirlo,  aquí la oposición política  la traza la Sociedad Civil  y  las redes sociales.

A esos actores  se les advierte más articulación teórica en el discurso político, creatividad en sus actividades ciudadanas y un mayor nivel de conciencia sobre lo que es su papel en una sociedad democrática. Eso debe preocupar al sistema de partido.

De continuar la oposición  por ese sendero de ¨galloloquismo¨  a nadie le quepa la menor duda de que la permanencia en el poder del PRM no será hasta el 2024, sino por los siglos de los siglos.