Editorial

La otra pandemia

La otra pandemia

Hace cuatro días la Procuraduría General incineró un lote de más de 348 kilos de cocaína, entre otros tipos de drogas incautadas, pero durante el fin de semana, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la Armada Dominicana decomisaron otros mil 670 kilos de coca en tres operativos efectuados en Azua, San Pedro de Macorís y el puerto multimodal Caucedo.

Las autoridades interceptaron una lancha rápida que intentó ingresar por las costas petromacorisanas trece sacos con 315 paquetes de drogas, en tanto que la tripulación de otra embarcación fue intervenida en Azua, con 300 fardos de cocaína.

En el puerto multimodal Caucedo, la DNCD incautó 447 paquetes de la misma droga que un grupo de individuos pretendía introducir a un contenedor en tránsito hacia Estados Unidos, aunque se dijo que el destino final del cargamento era Europa.

Desde Puerto Rico se reportan con frecuencia decomisos de drogas que narcotraficantes intentan ingresar en la isla a través de lanchas rápidas procedentes de República Dominicana, lo que hace suponer que cárteles sudamericanos declararon una temporada de zafra.

Aunque se insiste en pretender bombardear estupefacientes sobre costas dominicanas, a los narcos se les torna difícil diseñar trazas aéreas desde Sudamérica sin ser avistadas por radares e interceptados por aviones Súper Tucano de la Fuerza Aérea.

Es por eso que el mayor activismo del narcotráfico se centra en intentar violentar la seguridad de puertos y aeropuertos y de la vigilancia costera para introducir o reexportar lotes de drogas hacia Puerto Rico, Estados Unidos y Europa, para lo que, obviamente, cuentan con complicidades locales.

Se resalta que en los operativos antidrogas la DNCD y el Ministerio Publico reciben respaldo del Ministerio de Defensa, tanto en equipos, efectivos militares como en labores de inteligencia, pero aun así es mucha la droga que entra y sale del territorio nacional.

Lo aconsejable sería no bajar la guardia en la lucha contra el narcotráfico, un flagelo que requiere ser atacado frontalmente también por el lado del lavado de dinero que tanto daño causa a la economía nacional, así como impedir que el consumo y comercio de drogas se convierta en una epidemia mayor que contagie a la juventud dominicana.

El Nacional

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