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La Policía y las iglesias

La Policía y las iglesias

Las iglesias nada tienen que expiarles, pues las misas y los cultos son abiertos al público. A pesar de las reservas y hasta la objeción de muchos a las religiones las iglesias tradicionales representan un baño espiritual para la gente.

Se crea o no en la existencia de Dios el catolicismo y el protestantismo, que son los que aquí están en la palestra, predican en sus actos el bien y los valores más sanos de la sociedad. Desde ese punto de vista es saludable que la Policía instruya a sus agentes para que asistan a los templos, donde se difunde un mensaje de paz, amor y comprensión.

La institución contaminó sus buenas intenciones no solo con la obligatoriedad, sino con la selección de comisiones que deben presentar un informe de los datos de los agentes, iglesias e imágenes fotográficas de las actividades. Esas condiciones son un verdadero absurdo, que dejan la impresión de que no fueron debidamente ponderadas o que se tiene sospechas de que en los templos se traman acciones non sanctas.

La aclaración no convence. Tal parece que el director de la Policía, Eduardo Alberto Then, está ofuscado con la proliferación de la criminalidad y la delincuencia.

El Nacional

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