Al llegar a la paradisiaca laguna de Oviedo, la apreciación a primera vista dependerá mucho de la hora y el clima que haya, ya que el Sol, las nubes y la Luna, juegan un papel importante en la impresión que tendrá el visitante de este paisaje natural, aunque hay que destacar que la atmósfera, casi surrealista, de este lago también tendrá que ver con el estado de ánimo del observador.
Sus profundas y saladas aguas de una gran variedad de degradación de extraños colores, con un aspecto lechoso debido a la concentración de minerales, desechos vegetales y marinos, por los restos de algas y moluscos presentes en el fondo hacen de esta superficie un lugar envidiable para aventurarse a una experiencia ecoturística y fantástica.
La laguna de Oviedo es la segunda porción de agua salada más grande del país, con 27 km², ubicado en la costa sur de República Dominicana, en el Parque Nacional Jaragua en la zona sur de la provincia de Pedernales, muy cerca del pueblo El Cajuil, y apenas separada del mar Caribe por una delgada franja arenosa. También llamada laguna de Trujín.
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Sus aguas son extremadamente saladas, ya que contienen tres veces la concentración de sal que se encuentra en el mar, por lo que tiene una característica muy particular.
Aun siendo un destino natural de excepcional belleza y que se realizan excursiones de turistas extranjeros y locales, en las que se puede disfrutar de la belleza de este paraíso ecoturístico y conocer los valores naturales y su importancia ecológica, no recibe la atención que debería de parte de las autoridades de turismo y medio ambiente por lo cual no tiene la notoriedad que debiera.
Se espera que ahora, como este lago está dentro del área intervenida como parte del Proyecto de Desarrollo Turístico Pedernales-Cabo Rojo, bajo la tutela del Fideicomiso ProPedernales y de a Dirección General de Alianzas Público Privadas (DGAPP) se pueda desarrollar y convertirse en un santuario ecológico para la visita de turistas.
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Hábitat
En su interior se encuentran más de cuarenta formaciones geográficas de origen volcánico y sedimentario, entre ellas más de veinte arenas e islotes, donde habitan unas 60 especies de aves acuáticas, cangrejos, iguanas, garzas, flamencos y gaviotas.
Aquí conviven mamíferos, como el solenodonte (Solenodon paradoxus), la jutía (Plagiodontia aedium), lagartos, y 11 especies de murciélagos. También las iguanas rinocerontes (Cyclura cornuta) y la iguana de Ricord (Cyclura ricordi), que son reptiles endémicos de la isla.
Hoy por hoy, esta laguna, por sus excelentes condiciones geográficas y naturales, es probablemente uno de los mejores lugares para la observación de aves y otras especies nativas del bosque seco de República Dominicana.
Lagos
Estas formaciones de aguas se originan por las depresiones topográficas en procesos geológicos como movimientos tectónicos, movimientos de masa, vulcanismo, formación de barras, acción de glaciares y hasta impactos de meteoritos, aunque también existen lagos creados artificialmente. Aunque no siempre es así, algunos lagos pueden presentar aguas que se denominan “de corta duración” ya que estas pueden ser absorbidas por la tierra que los rodea o bien evaporarse.