1.-No entiendo que a alguien le sorprendan las motivaciones detrás de la prohibición a la entrada de 23 productos dominicanos a Haití.
2.-Es claro que Martelly necesitaba una crisis para evitar enfrentar al electorado el día 25 y cubrir los escándalos que atañen a su propia familia, como lo es la compra, por su hijo Oliver Martelly, de una casa por tres millones de dólares en Miami, refugio de toda la delincuencia internacional.
3.-El discurso anti-dominicano también encubre la mayor estafa contra el pueblo haitiano desde que se constituyó como nación, pues Haití, aunque nadie lo crea, tiene la mina de oro más grande del hemisferio, es decir, es un país rico en metales preciosos que deberían utilizarse para resolver los graves problemas económicos de la hermana nación.
4.-Empero, he aquí una salpicadura de la crisis haitiana que amenaza la candidaturas de Hillary Clinton, ya que, vía la Fundación que preside su marido, Bill Clinton, y mientras ella era Secretaria de Estado, el oro de Haití se concesionó a la compañía VCS Minería, con sede en Carolinadel Norte, de la cual su hermano Tony Rodman es accionista mayoritario, nada más y nada menos que por ¡cincuenta años!
5.-Ese mismo hermano había sido sindicado por ABC News , junto con el gobernador de Virginia Terry McAuliffe y el líder de la mayoría de la Cámara de Representantes Harry Reid, como parte de una mafia que vendía visados a ciudadanos chinos por US$500,000.00 dólares.
6.-Por si las ganancias en Haití no fueran suficientes, Bill Clinton estuvo en nuestro país, acompañado de Juan Vicini y Marc Antoine Acra, ambos del Consejo Económico Binacional Quisqueya, explorando la explotación económica de la frontera, tal y como fuera denunciado por el periódico haitiano Haití Observateur.
7.-El problema de Haití, como vemos, no es falta de recursos naturales, es encontrar a personas idóneas, y con una tradición de honestidad política o empresarial, que puedan rescatar, asumir y enderezar a su país, algo que aparemente desconoce la actual administración, con un cantante demagogo a la cabeza cuya vigencia parece depender de la animosidad que desate contra nosotros.
8.-En cuanto a Bill, dejé de confiar en el cuándo dijo que fumaba marihuana, “pero no la inhalaba”, y cuando minimizó su responsabilidad con la Lewinsky, algo que un hombre verdadero no hace.