Carta de los Lectores Opinión

Las tres leyes

Las tres leyes

La intervención titulada, “Tres leyes y una sola intensión. Desde la perspectiva de los movimientos sociales y ambientales,” de Luis Carvajal, me dejó pasmado. “¡Las acciones y los efectos descritos en la intervención ya han comenzado a ocurrir aquí, en nuestro país!”.

Todavía escucho su voz advirtiéndonos que “El diablo está en los detalles”, refiriéndose a las tres leyes que se interceptan en el agua y las concepciones. Las referidas leyes son: La vieja Ley Minera 146-71 para la cual, y por mandato del Presidente Luis Abinader, ya existe, desde diciembre del 2020, una propuesta para su reforma; La controversial Ley Alianza Público-Privada 47-20 (APP) y la moderna ley que modificó el artículo 129 y el artículo 131 en sus párrafos I, II y III, de la Ley Núm.189-11, del 16 de julio de 2011, Ley de Fideicomisos 338-21 aprobada a todo vapor por el corto gobierno de Luis Abinader.

La idea, según el ambientalista, es reunir las piezas del rompecabezas privatizador que se encuentran esparcidas por las tres leyes citadas para, en el tablero de la Ley de del Agua, mejor conocida entre los defensores del medio ambiente como la Ley de la Privatización del Agua, ensamblar las piezas y eliminar el carácter patrimonial del agua.

El descubrimiento del plan privatizador, me imagino, no le fue un trabajo fácil al ambientalista Luis Carvajal, pues las leyes por separado no se muestran tan amenazantes al recurso natural más valioso del planeta. Pero, analizando en conjunto todas sus referencias al agua y sus fuentes, se puede descubrir la existencia de un plan neoliberal que solo espera la implementación del Proyecto de Ley de Agua para terminar el ciclo de su privatización.

El tren privatizador ya está en camino, y se dirige rápidamente hacia la parada final como lo indican algunas acciones y medidas legales, tales como las concesiones mineras, la ley de la APP 47-20, la ley del fideicomiso, la aprobación ilegal de presas privadas, el intento de “revivir el muerto” de la Presa de las Placetas, la inversión en mega-obras hidráulica sin objetivo aparente, como la presa “Boca de los Ríos”, en la comunidad El Pastor, de Santiago Rodríguez, y sobre todo, la constante disminución en la cantidad de agua disponible, o sea, la escasez del recurso.

Recuerden que el ciclo neoliberal de privatización depende del éxito que tengan en la “etapa de abandono y destrucción” del sistema público para justificar la intervención de las “eficientes” empresas privadas.
Por: Felipe A. Lora

El Nacional

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