El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, podría reventar con las presiones sobre la crisis de Haití. ¿Qué más puede hacer?

Leonel no se fue en blanco en Nueva York. En un foro coincidió con el Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, en lamentar el fracaso de la globalización.

Abinader la mandó lejos con el encuentro con el comisionado de Grandes Ligas, Rob Manfred. El béisbol aquí es una marca deportiva.

La gran pregunta es qué puede hacer la ONU para una intervención militar en Haití, si ha decidido no capitanearla. Difícil la tarea. ¿O no?

El Gobierno tiene que evitar que se asocie el cierre de la frontera con el discurso antihaitianista de algunos sectores. Sobran las razones. ¿Verdad?

Canadá impuso más sanciones a tres empresarios haitianos acusados de fomentar la violencia en el vecino país. Es para que se tome nota.

Como dicen que el mal comido no piensa, se entiende que se prefiera invertir más en comida que en salud mental. Es lógico.

No es por nada, pero a Balaguer le correspondió gobernar en la época de los dictadores y en el contexto de la Guerra Fría. Que no se olvide.